Cuando Sergio Gustavo Olivera habló en EL PUEBLO, sobre su vínculo con Salto Fútbol Club, entendía que su continuidad en Ferro Carril podía resultar factible y hasta complementaria. Ocurre que el ex delantero de Nacional de Montevideo entre otros equipos en la década de los 80, se sumaba a Salto Fútbol Club, tras las gestiones encaminadas por Gonzalo Silva y Braian Martínez, futbolistas los dos cuando el equipo profesional nació en el 2002.
El hecho es que a Olivera, no solo se lo pretendía como DT a nivel del Salto Fútbol Club en categoría juvenil, sino como uno más en el plantel de mayores.
Tanto Gonzalo como Braian coincidieron que «al «Pitufo» a partir de todo lo que sabe y puede transmitir, hay que aprovecharlo al máximo». En tanto, lo de Olivera y Ferro Carril pareció prolongarse. Pareció.
LA HORA DEL FINAL
No pasó de esta semana, cuando las dos partes dejaron en claro el final del vínculo. Sergio Gustavo Olivera se alejó de Ferro Carril. No más en la franja, donde desarrollaba objetivos de formación. A la actuación del «Pitufo» se la había catalogado de la mejor manera, incluso con multiplicados enfoques a favor por parte de familiares directos de los jóvenes futbolistas, en tanto a nivel de la Comisión Directiva la misma complacencia.
Pero claramente, cuando nació el vínculo de Sergio con Salto Fútbol Club, la senda comenzó a empinarse, hasta que el final del ciclo se planteó.
El «Pitufo» y Ferro Carril: la hora del final.
