En la Liga Salteña de Fútbol, la situación actual de los Campeonatos del Interior refleja un panorama desalentador. Según afirman los propios dirigentes, sin el apoyo de los patrocinadores sería imposible participar, ya que las pérdidas económicas son constantes.
La falta de interés popular es un problema que viene de años. Incluso en 2015, cuando Salto ganó el título jugando como local, la venta de entradas no superó las 800. Este fenómeno no es exclusivo de Salto, ya que en otras localidades del interior también se observa una marcada indiferencia.
A ello se suman factores como horarios poco accesibles, con partidos que terminan cerca de la medianoche, y precios elevados en las entradas. La situación lleva a muchos a coincidir en que los Campeonatos del Interior parecen ir «derecho al muere». Se cuestiona, incluso, si en otros países latinoamericanos existiría un modelo similar de competencias entre selecciones regionales, como las que se juegan en Uruguay.
Jugar torneos como el Litoral Norte a una sola rueda parece ser un síntoma más de la agonía de estas competiciones, que enfrentan un futuro incierto.
Cuando el carnaval demolió al fútbol
Un caso emblemático ocurrió en 2018, cuando Paysandú y Salto se enfrentaron por el Campeonato del Litoral Norte en el estadio Artigas. El partido comenzó a las 20 horas, mientras que el desfile de carnaval estaba programado para las 22. El resultado fue elocuente: solo 750 entradas vendidas para el partido, frente a casi 8.000 asistentes al desfile.
Este episodio demuestra cómo la celebración de Momo se impone en el calendario futbolístico en febrero, afectando la convocatoria de los torneos de selecciones. Aunque ambos son eventos populares, el carnaval tiende a opacar la pasión por el fútbol en situaciones como estas.
La inocencia guillotinada: «Cuidado con el padre que busca su gloria personal»
El fútbol infantil es un terreno en el que el aprendizaje y la formación deberían ser prioritarios. Sin embargo, muchas veces la competencia y las ambiciones de los adultos terminan opacando la experiencia de los niños.
Familiares que buscan convertir a los niños en una tabla salvadora económica proyectan en ellos frustraciones y sueños incumplidos. Este fenómeno, denunciado por el periodista Eleazar José Silva, resalta la importancia de respetar el proceso formativo de los más pequeños.
«El futuro del fútbol empieza en los pequeños pies de un niño, no en las grandes ambiciones de un adulto», reflexiona Silva. El fútbol infantil debe ser un espacio para disfrutar y aprender, no un escenario de presiones desmedidas.
Santiago Silva: el salteño que se va
El arquero uruguayo Santiago Silva, de 25 años, dejará Boston River para jugar en el extranjero por primera vez. Tras seis temporadas consecutivas defendiendo al equipo, Silva, con 102 encuentros disputados, firmará contrato por un año con el América de Cali en Colombia. Su pase será en condición de libre, marcando un nuevo capítulo en su carrera profesional.
