El asesor legal de la Asociación de Obreros y Empleados de CONAPROLE (AOEC), Dr. Carlos Casalás, comentó varios detalles que dieron origen al conflicto que mantiene la empresa de productores de leche con el sindicato de trabajadores, algo que hasta el momento tiene en vilo a la población, por las consecuencias que puede acarrear esta situación.
En diálogo con EL PUEBLO, Casalás, que es docente en la Facultad de Derecho de la Regional Norte, donde dicta los cursos de Derecho Laboral desde hace 20 años, indicó que actualmente las negociaciones continúan aunque se mantiene una incertidumbre total sobre su desenlace.
«Es dificilísimo explicar el asunto que originó el conflicto, ya que la tarea que se desarrolla donde se sucede la situación que da lugar a todo esto, es un proceso complejo, en donde por un lado interviene más de una persona, en función de la organización del trabajo de una empresa que debe estar facturando cerca de un millón de dólares por día».
PROCESO DE SALIDA
DE MERCADERÍA
El abogado del sindicato de los trabajadores de CONAPROLE explicó que la salida de mercadería en la cooperativa de productores de leche se divide en tres momentos. Uno, en el que trabajan los llamados ‘fiscales’. Aunque normalmente en cada segmento son distintos los trabajadores de este tipo. Allí, un operario comienza a procesar la generación del pedido de un cliente y se procede al ingreso del mismo a través del sistema informático.
«Esta actividad la hace un ‘fiscal’, como el que fue despedido, que arma toda la factura en pantalla, normalmente durante las dos primeras horas de trabajo de cada día. Por día se toman unos 100 pedidos por trabajador en su turno. Después éste pasa a cumplir otras tareas. El pedido es preparado luego por otro trabajador, quien utilizando un colector de datos pasa al depósito en donde se selecciona la mercadería que fue pedida y facturada, la que se coloca en un «palets» de madera. Y el último paso, es la entrega de la mercadería. Ésta se carga en los camiones de los distribuidores. Por orden de los «jefes» de los ‘fiscales’ de cada sección, dada la recarga de trabajo, muchas veces se les pide a otros ‘fiscales’ que han participado en la generación del pedido, que arrimen la mercadería hacia la puerta. Y para agilizar el trámite, por orden de los jefes en ese momento no se revisa la congruencia del pedido con la carga que se entrega».
DENUNCIA PENAL A
TRABAJADORES
La situación de conflicto en CONAPROLE se inició en función de que la empresa constata una faltante de mercadería en el sector de Despacho de la Planta Industrial Nº 21 «Complejo Industrial Montevideo», la que está ubicada sobre la ruta 5, en los accesos a la ciudad de Montevideo.
En dicha planta se elaboran productos para el mercado interno, tanto para la capital como para el resto del país. Se hace un seguimiento por las cámaras y se aprecia que existen irregularidades en el turno de la noche en donde se «está sobrecargando lo que sale en los camiones». Allí los encargados comenzaron a sospechar de dos trabajadores que oficiaban como ‘fiscales despachadores’.
Dichos trabajadores «son gente que tiene una remuneración relativamente interesante y que tienen mucha responsabilidad, lo que le exige gran confianza».
En ese sentido, la empresa radicó la denuncia ante un juzgado penal donde da a conocer como se produjeron los hechos y entonces la Justicia resuelve procesar a uno de los trabajadores denunciados, pero no cuenta con elementos para hacer lo mismo con el otro funcionario, que vivió durante muchos años en Salto y que es ahijado del presidente de CONAPROLE, que había sido sometido por presuntas irregularidades.
Asimismo, CONAPROLE, ante la consulta realizada por el sindicato, resuelve despedir a los dos trabajadores, aunque uno no sea responsable de delito, por considerar que existe una falta.
INVESTIGACIÓN
ADMINISTRATIVA
Casalás admitió que de esa forma se «resuelve iniciar una investigación administrativa, la que finaliza con la opinión de la empresa de mantener el despido porque se configura una falta laboral muy grave y corresponde la notoria mala conducta». Dada esta realidad se puede decir que al trabajador se le pierde la confianza y no se lo quiere más. En esta situación se está: la empresa dice «Yo no lo tomo, no quiero un fiscal que sé que participó en esa irregularidad», comentó el abogado.
Entonces el sindicato comienza la huelga en apoyo al ‘fiscal’ despedido y al resto de los fiscales que se sienten presionados por la tarea que llevan adelante, ya que aducen que «por un lado no se exigen controles (cuando cargan mercadería), pero por otro sí (ante el despido por la sobrecarga)». En consecuencia, el sindicato toma medidas y trabaja a reglamento.
Para Casalás ésta situación literalmente «mata a la empresa». La de los trabajadores de CONAPROLE es una huelga con «cierto riesgo». No hay paro, se hacen medidas selectivas. No se hacen horas extras, no se aceptan los cambios de turno, las medidas de reglamento van entorpeciendo el funcionamiento de la empresa lentamente.
«El sindicato tiene todo calculado. Sabe que si en tantas horas hay retención de mercadería, se va trabando a tal sector, y en tantos días baja el retiro de la leche; y entonces los distribuidores empiezan a sufrir las consecuencias», admitió el abogado.
«Se crea una enorme distorsión, esa es la manifestación del conflicto. Casi no se pierde salario. Van todos a trabajar pero se trabaja con el reglamento. Son las modalidades atípicas de la huelga que las extreman en el conflicto y abren un agujero brutal a la empresa. Hay que aguantar y tener muy ordenada a la gente», esa es la concepción de los sindicalistas.
SITUACIÓN
ACTUAL
Sin embargo, el abogado informó que actualmente la empresa «está demorando» la aceptación de una propuesta del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. La propuesta consiste en que se le cambie la carátula al caso judicial que se le sigue al trabajador, se pide que el trabajador vaya al seguro de desempleo por suspensión total por el máximo de 4 meses, mientras tanto que se forme una comisión para dar una solución. Pero el conflicto viene deteriorándose, ya que la opinión pública se está formando una opinión muy negativa del asunto. Nadie quiere perder. Y si nadie quiere perder, es muy difícil llegar a acuerdos».
Pero se suma, al decir del asesor gremial, que la empresa «sale a la prensa con una campaña muy fuerte, indicando que se tendrá que tirar la leche, y que se complica el tema de la exportación». Además, agrega que hay que saber que en CONAPROLE «hay elecciones dentro de poco, y hay algunos dirigentes que están en una línea más dura, y eso también es un elemento que juega en la salida del conflicto». Consignó que hay una línea opositora que pretende que se termine el período del actual presidente de la cooperativa, el ingeniero Jorge Panizza, ya que además el trabajador despedido es su ahijado.
RESULTA QUE EL
AHIJADO FUE DESPEDIDO
El trabajador despedido y centro de todo este conflicto, es ahijado del presidente de CONAPROLE. Cuando era niño el trabajador tuvo contacto con su padrino Jorge Panizza, pero luego la familia se vino a vivir a Salto y vive muchos años y deja de verlo. Hasta que en un momento el trabajador vuelve a Montevideo por motivos laborales y se encuentra con su padrino quien le ofrece trabajo en la industria. Entra de zafral en el año 2003, hasta que pasa a ser efectivo.