En esas lecturas desordenadas que me han acompañado en mi vida. En algunas charlas con viejos intelectuales locales, en algunas crónicas periodísticas de semanarios y revistas culturales la oí nombrar o leí muy por arriba sobre ella.
Fue hace poco que Beatriz Corbella Oxadabarat me preguntó si tenía datos sobre Belén de Sarraga, de su presencia en Salto y si había escrito en un diario local. No encontré este dato, y lo sigo buscando, pero si encontré cosas interesante sobre esta mujer tan ilustrada como valiente.
SUPE POR AHÍ QUE…
A comienzos del siglo XX, mientras Europa aún tambaleaba entre monarquías decadentes y repúblicas frágiles, una mujer de verbo incendiario y espíritu indomable recorría los escenarios más tensos del mundo hispano. Su nombre era Belén de Sárraga Hernández (1872–1950), y su vida fue una cruzada apasionada contra el dogma, el autoritarismo y el patriarcado.
Nacida en Valladolid y formada entre el magisterio y la medicina, Sárraga fue mucho más que una periodista. Fue una oradora magnética, una activista feminista, una anticlerical radical y una figura clave del librepensamiento. A la sombra de pensadores como Proudhon, Voltaire y Comte, y de luchadoras como Olympe de Gouges o Louise Michel, se forjó una conciencia rebelde, decidida a no callar.
En Valencia dirigió el periódico La Conciencia Libre, donde arremetía contra el poder político y eclesiástico. Su voz crítica la llevó a la cárcel tras denunciar al general Polavieja por la ejecución del héroe filipino José Rizal. A la par, fundaba asociaciones de mujeres librepensadoras y plantaba bandera en un terreno históricamente negado a las mujeres: el espacio público de la palabra.
Expulsada por el autoritarismo español, Belén encontró en América Latina un nuevo escenario de lucha. Recorrió el continente con una oratoria encendida, mezclando feminismo, republicanismo y anticlericalismo ante auditorios que, entre la incomodidad y el entusiasmo, no podían ignorarla.
URUGUAY, TIERRA FÉRTIL PARA UNA REVOLUCIONARIA DE IDEAS
En Montevideo, entre 1908 y 1910, Sárraga dirigió el periódico El Liberal y fundó la Asociación de Damas Liberales. Usó su redacción como plataforma para irradiar su pensamiento a todo el continente. Aunque no hay registros explícitos de su paso por la ciudad de Salto, su propósito de recorrer “todos los departamentos del Uruguay” permite inferir con lógica histórica que su verbo también alcanzó a nuestra ciudad. Y como sus escritos fueron reproducidos en muchos diarios del interior de nuestro país, no sería extraño que se haya publicado algo de ella en algunos de los periódicos locales de las dos primeras décadas del Siglo XX.
EN TIEMPOS DE BATLLE Y ORDOÑEZ
La conexión con el Uruguay de la época no fue casual, José Batlle y Ordóñez, presidente y reformista, fue su aliado ideológico y político. Sárraga le dedicó su libro El Clericalismo en América, señalando la afinidad entre ambos en la lucha por una sociedad laica, racional y moderna. Batlle, impulsor de reformas como el divorcio y la laicidad, ofreció el clima político ideal para que Sárraga hiciera lo que mejor sabía: desafiar al poder.
Belén de Sárraga no se conformó con la denuncia. Su filosofía era un proyecto integral de emancipación, el “Librepensamiento”, como defensa de la razón frente al dogma, el feminismo, no solo por los derechos civiles, sino por la transformación cultural de género y el anticlericalismo, como crítica a una Iglesia que consideraba cómplice del atraso.
Impulsó el anarquismo y republicanismo, conjugados en la defensa de la soberanía popular, la libertad individual y el autogobierno.
Abrazó panamericanismo, como esperanza en una América Latina unida frente al colonialismo intelectual europeo.
Tras sus años sudamericanos, Belén se trasladó a México en los años 20, donde se nacionalizó. Allí se sumó a la efervescencia posrevolucionaria y, tras el exilio obligado por la Guerra Civil Española, integró el Ateneo Pi y Margall, espacio de resistencia intelectual para los republicanos derrotados. Murió en Ciudad de México en 1950, fiel a sus convicciones hasta el final.
Hoy, el nombre de Belén de Sárraga resuena tímidamente en los márgenes de la historia oficial. Pero fue una de las grandes voces de su tiempo: incómoda, libre, intransigente. Su paso por Uruguay, su amistad con Batlle y su prédica encendida en pro del pensamiento libre la sitúan como una figura imprescindible para entender el cruce entre feminismo, laicismo y republicanismo en nuestra historia regional.
EL MAPA RECORRIDO
Volviendo a su estancia en Uruguay, agregamos que en 1915 Publica el libro El clericalismo en América, a través de un continente, donde describe sus experiencias en países latinoamericanos, incluyendo Uruguay.
Aunque no existe un mapa oficial trazado por ella, podemos reconstruir sus posibles recorridos en base a sus actividades documentadas y los lugares donde dejó huella:
Montevideo Residencia principal durante su estadía en Uruguay.
Fundó y dirigió el periódico El Liberal. Dio conferencias en el Teatro Solís, con fuerte impacto social y político.
Belén (Departamento de Salto). Esta localidad aparece mencionada como uno de los puntos donde se difundieron sus ideas.
Es probable que haya visitado esta zona en sus recorridos por el interior, especialmente por su interés en llegar a comunidades alejadas del centro político. Otras ciudades del interior (no confirmadas pero probables), Paysandú Mercedes, Durazno, Florida: eran centros de actividad republicana y librepensadora en la época.
Es posible que haya dado conferencias o colaborado con periódicos locales afines a sus ideales.
IMPACTO EN EL FEMINISMO URUGUAYO
Durante su estadía en Montevideo a comienzos del siglo XX, Sárraga ofreció conferencias que abordaban la igualdad de género, el derecho al voto femenino y la educación laica, temas que aún eran incipientes en el país. Su presencia y discurso influyeron en mujeres uruguayas que luego serían protagonistas del movimiento sufragista y feminista, como Paulina Luisi.
Publicó también en medios como Adelante y El Porvenir del Obrero, que circulaban en Uruguay y otros países, ayudando a expandir el pensamiento feminista y anticlerical. Luchó por la educación laica, y la justicia social, convirtiéndose en una figura transversal en los movimientos de cambio de su época.
Finalmente decimos, que somos un tanto porfiados y vamos a seguir buscando para saber si en alguna página de un diario y/o revista local hallamos algún escrito suyo…