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lunes, 2 de junio de 2025
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AURORA. No busques arriba lo que está abajo (Primera entrega)

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Diario EL PUEBLO digital
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Por José Buslón

La gran explosión ocurrió el 3 de marzo de 1976. Esto sucedió en Paysandú a unos pocos kilómetros de Salto y todo indica que se produjo en el establecimiento La Aurora, propiedad de la familia Tonna.

Era de madrugada y el propietario del lugar se encontraba llevando ganado en dirección a su establecimiento de oeste a este, cuando ve una gran llamarada de luz en las proximidades a su galpón. Fue todo tan confuso que supuso que se estaba prendiendo fuego, por eso instó a quienes iban con él a apurar el paso. Lo que se encontró al llegar al lugar lo sorprendió, una gran nave suspendida a unos 75 metros de altura, si bien para poder mirarla cubrió sus ojos con el antebrazo, sufrió efectos de una supuesta radiación que le dejó marcas.

Un equipo de un programa de radio local,” Palpitando Salto Grande”, integrado por Carlos Ardaix, Hermes Machado, Pedro Ponce de León y Carlos Diaz, este último reportero de diario El Pueblo, se hicieron presentes en el lugar unas horas después de los hechos, invitados por el dueño del establecimiento para que pudieran observar de primera mano lo ocurrido.

Marcas, señales, árboles caídos y perforados fueron parte del escenario que quedó después que la nave voladora se retirara del lugar. La primera curiosidad, además de lo ocurrido y las razones que lo generaron, es que al día siguiente muy poco se habló del tema, principalmente en el programa de radio, de los periodistas asistentes, pero ninguna otra repercusión, ni siquiera en el medio gráfico que representaba uno de los integrantes de la delegación, Carlos Diaz.

Una minuciosa investigación realizada sobre las noticias de prensa, nos indica que nada se habló del tema durante todo el año 1976.

Febrero de 1977

Fue en febrero de 1977, que ocurren tres nuevos avistamientos en la propiedad de Ángel María Tonna. El propietario del establecimiento, consultado por periodistas sobre el extraño suceso, realiza los mismos comentarios que en marzo de 1976, la misma descripción secuencial de los hechos, como que lo sucedido, se tratase de una repetición exacta de los acontecido, con la particularidad de que esto no es advertido ni por Tonna ni por quienes escuchaban su relato. Podría tratarse de una simple omisión de ambas partes o bien, el caso contrario al efecto Mandela, una especie de olvido general sobre un hecho ocurrido, del cual muchos fueron participes. No sería la primera vez que ocurre esto en Salto, ya que en 1977 un Ovni en horas de la noche, quedó suspendido sobre el estadio de Nacional en la zona del Cerro, fue visto por vecinos e integrantes de una familia, dónde hoy solo muy pocos de los participantes lo recuerdan.

En busca de la verdad

Entre los curiosos e interesados que se acercaron al establecimiento La Aurora, se encontraba el profesor Juan J Ferrari, investigador serio y reconocido miembro de ASOA (Asociación de observadores astronómicos de Salto), que ya desde 1958 fuera consultado por comisiones investigadores del fenómeno OVNI, más precisamente la CIOVI.

La respuesta del investigador resultaba adversa a la existencia del fenómeno, según sus argumentos, se trata de un fenómeno atmosférico de naturaleza electro magnética, con lo cual explica el porqué de las apariciones, como se observa desde los vehículos y porque tiene movimientos rotatorios, así como las repentinas desapariciones.

Iguales argumentos maneja en marzo de 1977, cuando realiza informes que hace llegar a Ángel María Tonna y al periodista Carlos Ardaix, en los que agrega que la posibilidad de observación de estos hechos aumenta en condiciones de altas temperaturas y gran humedad.

Algo extraño ocurrió, que hizo cambiar de opinión a Juan Ferrari y tres meses después redacta otro informe sobre lo ocurrido en Aurora, en el que confirma los hechos comentados acerca de la presencia de naves voladoras no identificadas.

Informe confirmatorio

En este informe dice que las marcas observadas en el suelo, tres puntos y una cruz, no se tratan de fenómenos naturales, sino provocados por objetos materiales y artificiales, al igual que lo observado en Tacuarembó, Paysandú y en otras zonas del país. Nótese que el fenómeno Ovni, se comenzó a visibilizar en otros puntos del territorio, con iguales efectos y características según nos describe el docente e investigador, ocurriendo todo esto en el año 1977. Agrega también en su informe, que los motivos de las apariciones estarían relacionados con actividades de cateo, y exploración de posibilidades energéticas, así como de búsquedas de minerales. En esta tarea, de exploración alienígena intervienen los objetos voladores con forma de disco ovalado, pero también esferas luminosas, de escaso tamaño, unos 25 centímetros de diámetro, a las que llaman Orbes o Caneplas y que de hecho fueron lo que se observó días atrás en Paysandú y otros lugares del país.

Parte del informe dónde el investigador local explica los tipos de objetos avistados y la función que cumplen.

Podemos deducir del informe de Ferrari que la zona de Aurora es un lugar de un gran potencial energético, de hecho, investigadores internacionales la sitúan como uno de los tres puntos con mayor energía del planeta. Después de dar explicaciones de condiciones físicas del lugar que harían un lugar energéticamente propicio, pasa a explicar lo que está sucediendo, pasa a referirse a la situación de los eucaliptus derribados.

Los tres eucaliptus derribados

Ferrari explica la caída de los árboles basado en la suposición de que; “durante una maniobra de desplazamiento lateral, de una de las naves en un intento de absorber un enorme caudal de electrones provenientes de la planta, habría reventado las raíces por el lado de incidencia tumbándolo por inercia en el sentido que se movía el disco”, lo mismo ocurrió en los otros dos casos, donde las rajaduras de los troncos se deben a que la electricidad escapa hacia el objeto volador con una intensidad muy elevada.

Muchos podrán o no coincidir con este informe, lo cierto es que se trata del único dado a conocer sobre el fenómeno es estos años, se trata de un material inédito, proporcionado por el investigador y que por primera vez sale a la luz. Solo tres informes fueron entregados, al periodista Ardaix, a quien hace unos meses le entregamos una copia ya que no contaba más con el original, a Ángel María Tonna y, a la ASOA de la cual Juan formaba parte.

La Asociación de investigadores, a partir del informe sufre un fuerte cisma entre quienes apoyaron el estudio de Ferrari sobre el fenómeno Ovnis en Aurora y quienes lo refutan enfáticamente, manteniendo a la hipótesis de “fenómeno atmosférico de naturaleza electro magnética”. No sabemos si es a causa de las diferencias referidas pero unos años después la asociación cierra sus puertas, quedando como único testimonio el observatorio ubicado en el Parque Solari.

El docente e investigador no fue el único en apersonarse a lugar de los sucesos de avistamientos, muchos otros, de forma solitaria o grupal también lo hicieron, con mayor o con menor seriedad, tenemos en nuestros archivos un informe del año 1983, de un grupo de amigos interesados en el hecho, que se dieron en llamar Hombres de Blanco en contraposición a los Hombres de Negro que tienen como propósito el ocultamiento de este tipo de fenómenos.

Los Hombres de blanco refieren sobre su experiencia en el lugar, campamento, noche oscura, bosque de los avistamientos, pasos y extrañas sensaciones…

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