Siete crímenes registrados en las últimas horas previas a la Navidad en nuestros país, cuando precisamente se hace hincapié en las reuniones familiares, en el disfrute y el placer de estar reunidos, del reencuentro, muestran una vez más las gravísimas consecuencias del sistema del “hacé la tuya”.
Es lo que hemos inculcado a nuestra gente, todo vale cuando se trata de obtener lo que quiero. Todo es aceptado por una sociedad donde el tener justifica todo, así sea asesinar a un familiar, a un amigo o a quien sea.
Así lo prueba lo que ha sucedido varios crímenes fueron aclarados y también varios de ellos fueron cometidos por los propios familiares.
Es que en estas ocasiones, probablemente con un poco de bebidas alcohólicas de por medio, se manifiesta lo que llevamos adentro en toda su crudeza y esto no es bueno precisamente porque nuestro interior está dominado por el sistema y las estrategias que se nos ha propuesto.
Con esto no estamos justificando ni disminuyendo la gravedad de la situación, sino sencillamente expresando que no nos sorprende. Cuando hubo gente que se hizo la distraída o sencillamente miró para otro lado, dejando hacer (lo que no significa ser neutral precisamente), creyó que lo que se vendría no influiría en la situación del país.
Siempre entendimos y así lo dijimos que un país se salva cuando la educación pregona valores, difunde y educa en valores. Enseña a respetar y a entender que lo ajeno es ajeno, que nada legítimo se logra en la vida sino es con sacrificio, invirtiendo tiempo, vida y hasta sacrificando muchos momentos placenteros en la formación, en la capacitación. Ya llegará el tiempo de cosechar, de recoger el fruto del sacrificio.
Mientras no se entienda esto. Mientras se busquen atajos o mientras la educación se haga eco de que lo que sirve es “tener”, a cualquier precio, vamos por mal camino.
Los crímenes y asesinatos son delitos, de lo más repudiable, pero lamentablemente es lo que hemos pregonado. Si bien nunca nadie lo asumirá, sostener que “el éxito” es llegar a tener de cualquier forma, equivale a decir que no importa lo que sea necesario hacer para tener lo que quiero.
Nadie se hará cargo de estos crímenes. Ni quienes gustan de apoyarse en gráficas, ni los otros. Lo más preocupante es que nadie asume que estas sean consecuencias directas de una sociedad enferma, corrompida desde las raíces y que por este camino no llegaremos a nada bueno por supuesto.
A.R.D.
Asumamos las consecuencias
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