El nuevo año comenzó con modificaciones en los precios de los combustibles, marcadas por el incremento en la nafta y el supergás, mientras que el precio del gasoil se mantiene sin cambios. Este ajuste, anunciado por el gobierno, responde a criterios de paridad de importación y al impacto de la estructura impositiva sobre los combustibles.
Nuevos precios y su impacto
A partir del 1° de enero, el supergás experimentó un aumento de $ 7,71 por kilo, lo que eleva su costo a $ 88,46 por kilo. Esto implica que una garrafa de 13 kilos ahora cuesta $ 1.150, un incremento de $100 respecto al precio anterior.
En cuanto a la nafta, aunque el informe no detalla el nuevo precio por litro, el ajuste refleja un cambio tras dos meses de estabilidad en su valor.
Por otro lado, el precio del gasoil se mantiene sin variaciones, lo que puede aliviar parcialmente a sectores como el transporte y la agroindustria, que dependen significativamente de este combustible.
Razones del ajuste
El Ministerio de Industria explicó que las tarifas responden a dos factores clave:
- Fluctuaciones en el mercado internacional: Los precios del petróleo y sus derivados en los mercados globales influyen directamente en los costos locales.
- Variaciones en la estructura impositiva: Este aumento incluye ajustes en el IMESI (Impuesto Específico Interno), que impacta sobre el precio final de los combustibles.
Cabe destacar que en los últimos meses se había logrado mantener el precio de la nafta y el gasoil, mientras que el último aumento del supergás se había registrado en abril de 2024.
Beneficios vigentes
A pesar de los incrementos, el gobierno mantiene el descuento del 50% en el precio de las garrafas de supergás para más de 200 mil hogares beneficiarios del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES). Esta medida busca mitigar el impacto económico en los sectores más vulnerables.
Perspectivas
El inicio de año con ajustes en los combustibles refuerza la necesidad de monitorear el mercado internacional y evaluar posibles medidas para amortiguar el impacto de estas subas en la población. Mientras tanto, sectores clave como el transporte, la agroindustria y los hogares continuarán adaptándose a estos cambios tarifarios.