Contaba con un pedido de captura por robo. Las negociaciones duraron casi 5 horas y accedió a rendirse tras ver a su esposa. El resto de la banda había logrado huir al mediodía.
Luego de casi 5 horas de tensión, terminó la toma de rehenes en la sucursal del Banco Nación de Pilar, donde un asaltante tenía cautivos a unas 30 personas entre empleados y clientes. Lo hizo tras concederle la policía la posibilidad de ver a su esposa.
Todo comenzó alrededor de las 12.30, cuando una banda intentó asaltar el Banco Nación de Rivadavia al 400, a metros de la comisaría 1ª de Pilar. Pero intervino la policía y un par de delincuentes lograron escapar. El que quedó tomó de rehenes a todos los que estaban adentro.
Según trascendió de fuentes policiales, el joven tiene 20 años, se llama Josué Rodríguez Coronel y ya contaba con un pedido de captura por robos anteriores. También se supo que durante la tarde fueron apresadas algunas personas más en una estación de servicio de Pilar, y se cree que se trataría de los cómplices.
Mientras se desarrollaban las negociaciones, efectivos de la Policía y del Grupo Halcón rodeaban la entidad. Paulatinamente el ladrón fue liberando gente, a cambio de comidas u otros pedidos. Los primeros que dejó salir eran embarazadas y jubilados.
Durante la toma, Rodríguez Coronel mantuvo diálogos con canales de televisión. Allí dijo que los rehenes estaban «todos bien» y aclaró: «Yo no maltraté a nadie, disparé dos veces, no más». Además pidió «cámaras de televisión, un auto y algo para comer». También les mandó un mensaje a su mujer, Jésica, y a su hija, Leila, diciéndoles que las ama.
Mientras esto sucedía, familiares y conocidos de los rehenes se aglomeraban frente a la entidad para tratar de saber algo de ellos. Finalmente, alrededor de las 16.30 la Policía le trajo a su esposa y, tras unos minutos de intimidad, se entregó sin violencia.