back to top
35.5 C
Salto
domingo, marzo 2, 2025
Columnas De Opinión

Apuntes en borrador XV

Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/s3lj

QUEJA. En estos últimos días nos hemos estado quejando del intenso calor. Se venía zafando lindo de tener que usar los aires acondicionados, con la suba en la cuenta de la UTE correspondiente, pero este fin de semana no hubo con qué darle. Los ventiladores solo tiraban el aire caliente que andaba circulando, con lo que nuestros pesares se esparcían por toda la casa.

Alguien se animó a decir que “el calor es psicológico”, pero no hubo manera de hacerle entender a mi ropa que no tenía que estar tan húmeda ni mi cuerpo transpirar tanto. Me lo repetí varias veces, pero nada. De todas maneras, pensemos.

Por el seguimiento que pude hacer, ninguno de estos días, por intenso que fuera el calor, llegó a pasar la barrera de los 36 grados de sensación térmica. No deja de ser una temperatura elevada, pero para los calores de los que estamos acostumbrados en el apogeo del verano, cuando llegue realmente el calor, días como los vividos querremos que regresen, porque será un alivio para nosotros.

- espacio publicitario -
Liliana Castro Automóviles

Sin ir más lejos, en el verano pasado llegamos a tener sensaciones térmicas cercanas a los 50 grados. Tan así que los aires acondicionados no daban abasto, al extremo de pensar que se habían roto.

Enseguida llamábamos al técnico para que lo revisara y andaban perfectamente, pero el intenso calor era realmente “bochornoso”, como alguna vez me enseñó mi padre…


BOCHORNO. Alguna vez conté esta anécdota en la radio, y alguien que la escuchó, cada vez que me encuentra en la calle me la recuerda. Lo cierto es que me encontraba en mi ciudad natal con un tremendo calor, tan así que fue tema de comentario con mi padre.

“Es un verdadero día bochornoso”, me dijo, a lo que atiné a decirle que no dijera disparates, que bochorno era otra cosa que nada tenía que ver con el calor, porque algo bochornoso era sinónimo de vergonzoso.

“Andá al diccionario y aprendé”, me respondió. Tan seguro estaba, que fui a la biblioteca que teníamos en casa con la idea de darle una lección. Tomé un diccionario enorme que teníamos de no menos de 500 páginas y busqué la palabra relamiéndome pensando en la
forma en que le tomaría el pelo.

Grande fue mi sorpresa cuando me encontré con el siguiente significado de la palabra bochorno. “Del latín “vulturnus” (viento del sudeste).

1. Aire caliente y molesto que se levanta en el estío. 2. Calor sofocante.
3. Encendimiento pasajero del rostro.
4. Desazón o sofocamiento producido por algo que ofende,  molesta o avergüenza”.

En cierta forma, ambos tuvimos razón, pero él la tuvo más, porque me enseñó que la palabra bochorno o bochornoso tenía otra acepción y que el uso que le dio al día de intenso calor, era más que válido. Así como yo también tuve mi momento bochornoso.

Moraleja. Los buenos padres no solo transmiten valores y principios éticos que nos ayudarán a enfrentar la vida, también nos enseñan en un sentido más amplio
compartiendo conocimientos, los que debemos saber aceptar con humildad y agradecimiento.

Hasta la semana que viene…

Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/s3lj