GENERAL. Este jueves el país vivió la convocatoria de la central obrera PIT CNT a un paro general a nivel nacional contra diversas medidas que ha adoptado el gobierno y con las que obviamente no están de acuerdo.
Por la información que hemos podido recabar, así como lo que pudimos comprobar en nuestro departamento, pareciera que existieran dos países, y no estoy descubriendo nada nuevo. Uno, es el que refiere a la jurisdicción que comprende básicamente la zona sur metropolitana, y el otro es la que encontramos cruzando el Santa Lucía.
Para ser gráficos, en el sur se vivió el paro como si fuera un domingo, es decir, no había nadie en las calles, comercios cerrados, algunos abiertos, sin transporte, parecía una ciudad abandonada. Mientras que en Salto pareció un día normal, donde la Intendencia mantuvo prácticamente todos sus servicios, fundamentalmente el servicio de ómnibus, el Gramon, ambas Termas abiertas (en Daymán sin piscinas, pero con el parque habilitado), necrópolis normal, etcétera. Por las dudas, en el caso municipal no se trató de guardias gremiales, sino de la decisión de los sectores que decidieron no acatar la convocatoria de la central de trabajadores, dejando la impresión que terminará abriendo una grieta entre los asalariados, más allá que algunos intenten disimularlo.
Por cierto, que en nuestro país existe tanto derecho a hacer paro como a trabajar, en un mismo nivel, ninguno de estos derechos está por encima del otro. De todas maneras, lo que pudo apreciarse en esta oportunidad es un cambio sustancial entre los trabajadores organizados que suponemos, deberá provocar la creación de espacios de intercambio y de debate interno, al menos para ponerse de acuerdo y coordinar acciones de futuro.
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TEORÍA. Tengo la percepción que ni siquiera se tratan de diferencias ideológicas entre los trabajadores sino más bien económicas. Está medido y contabilizado que nuestra sociedad está sumamente endeudada con créditos que ha ido sacando en varios de estos lugares que ofrecen dinero fácil. Lo que ocurre es que luego hay que pagarlo, con intereses altísimos, que donde el deudor se atrase una cuota, se terminará enredando en una telaraña creada justamente con el fin de no soltar más a quien sacó el crédito.
No es un secreto que cada mes que los funcionarios municipales van a cobrar su sueldo el mismo viene bastante disminuido debido a las retenciones que se le realizan para hacer frente a este tipo de deudas, sea con el Banco República o alguna casa crediticia. Está claro entonces que quienes se encuentran en esta situación no pueden darse el lujo de hacer paro y que le descuenten el salario por el día no trabajado.
Se podrá criticar la falta de conciencia de clase, como suele pasar en estos casos, pero queda claro que en estos tiempos, algunos legítimamente prefieren pensar más en su bolsillo que en revoluciones de clase.
Hasta la semana que viene…