Edición Año XVIII N° 942, lunes 8 de diciembre de 2025
MANCINI. Ya se sabe que soy un gran fan del cine y de series de televisión (o como ahora se dice, también de plataformas), lo que no solo incluye buenos libretos, direcciones, buenas actuaciones, buena iluminación y sonido, sino también, y dentro de una larga lista, de la música. Bandas musicales originales de algunas películas o incluso series ya forman parte de los clásicos, al menos para mí, que como se sabe, sobre gustos no hay nada escrito.
Cada vez que me siento frente a mi computadora para escribir alguna de mis columnas para EL PUEBLO, suelo poner música que me ayuda a aislarme del ruido, concentrarme e incluso inspirarme. O es música clásica propiamente, por lo general me inclino por Beethoven, o si no, música de películas, como en esta ocasión.
Descubrir un disco del compositor Henry Mancini con algunas de sus históricas creaciones ha sido todo un acontecimiento. Es así que, mientras escribo, vengo escuchando, entre otros, los clásicos de La Pantera Rosa, el tema de amor de la película Romeo y Julieta, Los 7 Magníficos, Exodus, Días de Vinos y Rosas, Desayuno en Tiffany o Las calles de San Francisco, que solía ver cada semana en la tele.
Son regalos que uno cada tanto puede darse, porque trabajar no debe ser una carga sino una oportunidad de hacer lo que a uno le gusta, y además, con un regocijo especial en el corazón al dejar volar sus recuerdos de cuando vio tal o cual película transportado mágicamente por la música.
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ALGORÍTMOS. Últimamente en los medios de comunicación nos dejamos llevar mucho por “lo que se dice”. He llegado a escuchar a populares periodistas decir, “la gente dice”, “la gente quiere saber”. Y eso es falso, veamos.
Recientemente se recordó un episodio entre un renombrado periodista argentino con un futbolista de la selección del mismo país en los años 90 y pico, que cuando a ese jugador le tocó enfrentar a la selección del país donde él estaba jugando, “dicen” que echó para atrás, perjudicando de esa manera las chances de su país de avanzar en el mundial. El periodista lo tuvo a tiro por otro tema y le salió al cruce recordando este episodio. “La gente dice que cuidaste tu presente en ese país y te critica duramente por haber perjudicado a la selección”, “¿qué gente? El que piensa eso debe ser estúpido, ¿vos pensás eso, no?”, retrucó el deportista, “no, la gente dice”, “asumí que sos vos el que piensa eso de mí y atrévete a decírmelo a la cara”.
Esa gente innominada ahora ha multiplicado su presencia en estos tiempos con el virulento surgimiento de las redes sociales. El problema es que si usted mañana lee algo en las redes sociales, el famoso “algoritmo” interpretará que ese tipo de lecturas o temas es lo que a usted le interesa, entonces se verá envuelto en un microclima que solo existe para algunos, que no se puede proyectar al resto ni mucho menos generalizar, cuando se vea desbordado de comentarios o informaciones similares al leído.
Cuando alguien dice, “la gente cree que…”, en realidad no se trata de la gente sino del algoritmo que te hace creer que el universo es lo que uno ve, cuando en realidad es mucho más grande. Y la verdad que más de un buen periodista se ha comido el garrón de creer que lo que uno ve es todo, cuando no es otra cosa que el algoritmo que te hace creer eso.
Hasta la semana que viene… y tilo pa’la barra!





