Edición Año XVIII N° 940, lunes 24 de noviembre de 2025
ESCANLAR. Quizás que ya pocos lo recuerden, pero Gustavo Escanlar fue una inspiración como periodista y columnista de algunos de los medios más prestigiosos de nuestro país. Era un pensador que con su prédica te ayudaba a razonar algunas cosas que si él no las mencionaba, seguramente pasaríamos por alto.
Pese a su intelectualidad, que se destacaba en cada columna periodística que solía escribir cada semana y que leía en el semanario Búsqueda, lo conocí a través de la televisión. Hacían una rara dupla con El Piñe (Jorge Piñeyrúa), hacían Bendita TV (la original, no la que copiaron en Argentina) en canal 10. Escanlar era un personaje, siempre aparecía como enojado y a disgusto de algunas situaciones, complementando su paso de comedia de manera armónica por Piñeyrúa.
Viéndolo en la tele o leyéndolo en sus columnas se notaba que el hombre era un volcán a punto de entrar en erupción. A esta altura no creo que su verborragia se precipitara a su pensamiento, pero igualmente transmitía esa imagen. Después de más de 18 años de estar escribiendo esta columna en EL PUEBLO, confieso que cuando me propusieron llevarla adelante cada lunes me dije, ¿y qué voy a escribir acá?
Reconozco que escribir una columna en uno de los medios más importantes de Salto es un privilegio, era una oportunidad para desarrollar algunas ideas, pero donde dejaría de lado aspectos relacionados con la política, temática que ocupa la mayor cantidad de mi tiempo de trabajo periodístico pues de eso escribiría el día anterior, los domingos. O sea que se me abría una puerta que nunca había considerado traspasar, pero henos aquí.
¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Que la primera luz que alcancé a notar cuando decidía de qué escribir, la imagen de Escanlar se me pegó. Y si bien el contenido de estas palabras no llega a alcanzar la altura de la vara que dejó cuando fallece tempranamente en 2010, el formato que uso fue inspirado en sus columnas en Búsqueda.
Después de tanto tiempo de estar escribiendo estos “Apuntes”, valía la pena reconocer su valía en el periodismo uruguayo. Escanlar no era un loquito suelto, como a veces él mismo pretendía hacernos creer, era un pensador brillante, y hoy, no sé por qué, me acordé de él.
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CANSADO. Mi infancia y adolescencia la viví en dictadura. Recién a mis 15 años comencé a conocer la democracia. Desde entonces he pretendido que mi vida esté marcada por ese hito, por eso me he propuesto ser un defensor a ultranza del Estado de Derecho y un lector empedernido de nuestra Constitución de la República.
Estoy de acuerdo con quienes sostienen que el sistema democrático y republicano de gobierno no es perfecto, pero justamente, al tratarse de una construcción permanente, permite sus correcciones cuando equivoca el camino, y se hace a través del ejercicio de la soberanía que radica en la Nación, es decir, por nosotros, ciudadanos.
Por eso cansa hasta la médula escuchar o ver a quienes copian discursos foráneos atacando a la clase política, que no son otra cosa que nuestros representantes elegidos por el voto popular. Y sin embargo, su secreto deseo es transformarse en lo que critican. Cuando quienes los votan se den cuenta de la verdad, se les terminará sus 15 minutos. Algunos ya comenzaron a caer, es la democracia que se auto depura.
Hasta la semana que viene… y tilo pa’la barra!





