Edición Año XVIII N° 931, lunes 22 de setiembre de 2025
FAUSTOS. No se trata de premiar, se trata de reconocer. No es una competencia para ver quién llega primero a la meta o es mejor en lo que hace, sino que se destaca y visibiliza lo que hace en su rubro para mejor la calidad de vida de a quienes logra tocar con su mensaje u obra, sea en el arte, en la docencia, en la innovación, en la producción, en la salud, en la comunidad, en el deporte, y por qué no, desde la solidaridad.
También se trata de tener un momento para recordar a quienes se nos adelantaron en el camino de la vida y que dejaron su surco, al menos en la comunicación. Algunos estamos hoy acá porque antes hubo otros periodistas y comunicadores que dejaron su impronta y elevaron la vara de aquello a lo que debemos aspirar, la mayor excelencia posible a la hora de informar.
Pasó una nueva edición del Fausto de la Asociación de Profesionales de la Comunicación donde toda la sociedad salteña acompañó, ya fuese de manera presencial en el Teatro Larrañaga junto a las principales autoridades del departamento, o desde sus hogares gracias a la gran transmisión que desde los canales 4, 5 y 8 llevaron adelante junto a la gran cadena de radios que también acompañaron.
Momento también de saludar a quienes trabajaron esa noche en cada detalle para que saliera todo bien, desde la gente de APC (de la que orgullosamente formo parte), a los compañeros de la televisación, encabezados por la dirección de Jorge Jacques y de la pantalla de Giovanoni Contenidos que engalanó el escenario. Cada funcionario del Teatro Larrañaga que estuvo en el detalle, asesorando, orientando y auxiliando en todo lo que fuera necesario y que no quedara nada librado a la suerte. Se notó su profesionalismo.
Agradecer a cada una de las autoridades, públicas y privadas, que acompañaron esa noche, a quienes no nombraré por temor a que mi memoria falle, pero que reconoceré en una sola personita que estuvo sentadita en su asiento desde antes de dar comienzo la ceremonia y que ha terminado por ser un símbolo de resiliencia para todos nosotros. Pensar en alguien tan chiquito y a la vez tan grande como Genaro Cabrera nos hace poner bien plantados con nuestros pies sobre la tierra cuando sentimos que algo nos ahoga o tenemos algún quebranto de salud, recordar lo que debió pasar y que además lo acompañará por el resto de su vida, tiene que llamarnos a la reflexión que uno puede salir adelante, con esperanza y certeza que el destino lo escribimos nosotros cada día.
Por otro lado, un tema no menor, este jueves a la noche pasó la 21ª edición de esta actividad de APC, y cada vez que se lleva a cabo la gente se sorprende gratamente de los reconocimientos realizados, los apoya, se pone de acuerdo que están bien, y lo que es más extraordinario aún, no se repiten. Es decir, cada año en que debemos organizar este evento y elegir a quienes serán reconocidos, surgen propuestas novedosas, por lo que, y como alguien dijo, “sigue dando criollos el tiempo”, demostración cabal que nos encontramos en una sociedad en la que se hacen cosas, no para uno sino para los demás.
Eso también da confianza y esperanza en el futuro de nuestra sociedad, porque justamente el tiempo sigue dando criollos que hacen cosas para los demás, de manera desinteresada y sin esperar nada a cambio. Y mientras así siga pasando, garantizado que seguirá habiendo Fausto.
Hasta la semana que viene… y tilo pa’la barra!