Edición Año XVIII N° 924, lunes 28 de julio de 2025
ESPOR. Frío y lluvia no deberían mezclarse, pero no tengo la menor duda que peor es la mezcla de humedad con la lluvia, porque uno tratando de protegerse del agua, como si fuese un terroncito de azúcar con miedo a derretirse, se pone botas y camperas impermeables, culminando la odisea del día más mojado por dentro por efecto de la transpiración que por culpa de la misma lluvia.
Pero si podemos elegir, hay quien prefiere el calor, y otros preferimos el frío, y cuando los climas están cruzados, nuestro ánimo vive en cortocircuito. Eso también termina incidiendo en nuestro carácter, a veces apacible y en la mayoría de las veces, totalmente irritable.
¿Será que de estas cosas también se habla en esas largas jornadas académicas que tratan de explicarnos que mejor comencemos por adaptarnos al cambio climático y al calentamiento global que tratar de revertir sus efectos perjudiciales? Es decir, ¿hablan también de salud mental?
Somos una sociedad cada vez más violenta que reaccionamos ante la menor provocación, eso puede corroborarse fácilmente en el tránsito, por citar uno de tantos ejemplos. Lo peor es que no reconocemos que estamos mal y que a veces en nuestro estado de irritación se mezclan un cúmulo de factores endógenos y exógenos (ahora ya parezco un sociólogo hablando, y lo digo con el mayor de los respetos y admiración por su labor) (ponele), es decir, nuestro estado del alma no se explica por una sola variable (ídem), pero al menos comencemos por reconocer que no es por vos, sino por mí.
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IRRITACIÓN. Otro factor que lleva a que nos irritemos, es una decisión que fue comunicada cerca del fin de semana por el Ministerio de Transporte, y cito: “Se informa a la población y a las empresas de transporte que no está permitido el ingreso a la ciudad de Salto por Avenida Carlos Reyles, para quienes circulen por Ruta 3 en sentido Sur-Norte. Esto para garantizar la circulación segura en el acceso a la ciudad”.
Por lo que pudo leerse en EL PUEBLO en sus ediciones de fin de semana, es que apenas un cartelito indicador en solitario, que parece que nadie ve o si lo ve, nadie respeta, debe enfrentar una verdadera avalancha de vehículos que aún hoy seguía ingresando por avenida Reyles sin dar demasiada importancia a la comunicación ministerial.
Enojos varios entre los vecinos de la zona y de quienes utilizan dicha principal arteria de acceso a nuestra ciudad, inexplicable para algunos, sobre todo por el tiempo que llevó reconstruir y dejar en estado de casi excelencia el tránsito por dicha avenida, como para que de buenas a primeras al gobierno se le ocurra prohibir doblar a la izquierda en ese lugar.
Hasta he escuchado alguna broma, de la que seguramente EL PUEBLO se hizo eco al titular “¡A la izquierda no!”, en referencia a la contradicción entre la decisión ministerial y la ideología del gobierno nacional. Resulta que me informaron que dicha resolución vendría del gobierno anterior pero que recién se efectivizó esta semana, con lo cual, más que una contradicción, era una especie de ruego electoral o intento de vaticinar un resultado que al final, no se dio.
Hasta la semana que viene y tilo pa’la barra…