Directora del Coro Municipal de Salto desde 2009, 16 años al frente del coro, con un trabajo que está más vigente que nunca.
Así es, empecé joven. Cuando gané el concurso de oposición y méritos en 2009 tenía 30 años. Pero ya a los 17 o 18 venía formando grupos con compañeros de facultad. La conducción musical, que es lo que hacemos los directores, empezó para mí en esos años.
¿Qué es la conducción musical?
Es guiar a los instrumentos —en este caso, los coreutas— a través de una obra. Llevarlos en el tiempo, en los matices. El término “conducir” me gusta más que “dirigir” porque sugiere un trabajo colectivo, colaborativo.
¿Conducirlos a dónde?
A una estética, un estilo. Por ejemplo, en el caso de la Misa Solemne de Louis Vierne, hay una partitura clara. No se trata de que “suene lindo”: tiene que sonar como esa obra, no como otra.
Es una obra para dos órganos y coro, escrita por Louis Vierne, organista de Notre Dame a principios del siglo XX, con elementos del impresionismo. Necesita una interpretación muy específica. No es como el barroco ni como el renacimiento.
Cada estilo tiene su forma de cantarse y eso requiere mucho estudio para tomar decisiones técnicas, musicales y estilísticas. Tomar esas decisiones es mi responsabilidad como directora.
¿Y cómo tomás esas decisiones?
Con base en formación y experiencia y, también, dialogando con colegas y con los propios coreutas. Este proyecto, por ejemplo, lo encaramos con el Coro Municipal y músicos invitados con experiencia coral. La idea fue lograr la sonoridad necesaria en un tiempo limitado para ensayar.
A veces se piensa que el arte está en la emoción que genera, pero en realidad está en esas decisiones técnicas.
Totalmente. Hay una técnica detrás que hace posible esa emoción. Pero también hay sensibilidad y transformación. Yo también me voy transformando con la obra y los coreutas también. Vamos adquiriendo habilidades, entendiendo otras cuestiones musicales. Es maravilloso. Y eso lleva un trabajo muy profundo.
Dentro de esa cuestión técnica; ¿la respiración es un aspecto clave?
La respiración no está separada del canto; es el canto. Se marcan las respiraciones en la partitura para que se vuelvan automáticas. Por ejemplo, en una frase larga hay que estudiar muy bien dónde respirar para que no se rompa el sentido. Esos detalles técnicos determinan el resultado artístico.
Contame cómo surgió el proyecto de la misa.
Fue una invitación de la Comisión Honorario Pro Órgano para la Catedral de Salto y me propusieron hacer la Misa Solemne para la inauguración. Primero acepté montar solo el Kyrie para ver si el coro respondía. A las dos semanas ya lo teníamos leído. A partir de ahí, seguimos con el resto de los movimientos.
¿Cuántos coreutas integran el coro?
Entre 37 y 40. Ensayamos por cuerdas: martes las voces femeninas, jueves las masculinas y sábado todos juntos. También grabo audios de estudio para que cada uno practique en su casa. Es un trabajo muy intenso, pero el ambiente es excelente. Todos sentimos que estamos construyendo algo importante.
¿Cómo fue el primer encuentro con el órgano?
Muy emocionante. Tuvimos la oportunidad de escucharlo y fue impresionante sentir esa sonoridad. Ya hicimos un ensayo con órgano. Es fundamental conocer el instrumento, porque es protagonista de la obra.
¿Querés aprovechar a invitar al público a las próximas actividades?
El viernes 8 de agosto, a las 20H, hay un encuentro coral en la Udelar gestionado por Rosario Sosa —que también canta en la misa— Coros en Concierto con la participación del Coro Departamental, el Coro del TUMP, Coro Byblos, Coro del Cenur y Coro Ostinato.
El sábado 9, a las 15 h en la Universidad un taller de coro candombe y a la noche una CoroPeña en el Mercado 18 de Julio, con entrada libre a partir de las 20H.
El 29 y 30 de agosto hacemos el Festival Coros en Invierno en el Teatro Larrañaga, un evento que cumple 13 años. Participan coros de adultos de la ciudad. Es sin fines de lucro ni competitivo.
Así que hay muchas actividades en agenda.
Gracias por todo, Andrea. Y ojalá que después de octubre esta misa pueda repetirse.
Ojalá. Es un trabajo enorme que merece más de una función y la propuesta de repetirla salió de los propios coreutas, están muy comprometidos. Y eso es lo más lindo de todo.