Dra. Fernández Pereira alertó en Salto sobre la violencia vicaria y su impacto en la infancia
Advirtió que la exposición constante puede llevarlos a naturalizar la violencia como parte de la vida doméstica
En el marco del mes contra la violencia basada en género, la Junta Departamental de Salto recibió a la Dra. Natalia Fernández Pereira, Coordinadora de la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual, para abordar la temática “Infancia en riesgo por violencia hacia la mujer”
La instancia fue convocada por la Asociación Familia Grande representada por Sandra Canio y contó con la participación de la Dra. Soledad Suárez del Departamento Jurídico de UDELAR Montevideo y del juez penal Dr. Paulo Aguirre.
Fernández Pereira destacó la importancia de esta jornada porque la Asociación Familia Grande inicia formalmente su camino para acompañar niños en situaciones de violencia sexual. Subrayó que desde la sociedad civil es fundamental aportar miradas y experiencias sobre formas de violencia que aún no están claramente reguladas por la normativa vigente.
La coordinadora centró su exposición en la violencia vicaria, definida como un tipo de violencia hacia la mujer ejercida a través de los hijos. “Son niños instrumentalizados, objetivizados para seguir dañando a las mujeres en algunos contextos”, explicó. Recordó que, si bien la Ley 19.580 delimita la violencia basada en género, esta modalidad ha estado presente “desde hace muchos años en la sociedad, aunque recién ahora se visibiliza con mayor fuerza”.
Fernández Pereira remarcó que recientes hechos de extrema gravedad en Uruguay evidencian que la violencia vicaria puede llegar al punto más brutal en que “un varón violento, padre de dos niños, decidió quitarles la vida sabiendo que esto era una forma de ejercicio de violencia hacia la madre”. La especialista insistió en que estas situaciones dejan traumas irreparables tanto para las mujeres como para las infancias involucradas.
Durante su intervención llamó a identificar señales específicas como la judicialización reiterada para hostigar a la madre, manipulación emocional de los niños, imposición de regímenes de visitas sin atender sus deseos, o conductas que buscan dañar el vínculo materno. “Hay que tener la sensibilidad suficiente y apartarnos de mandatos culturales como creer que un varón violento con su pareja puede ser igualmente un buen padre”, señaló.
Indicó que estas violencias suelen ser solapadas, requiriendo formación especializada. La red que representa nuclea más de 17 organizaciones en todo el país, todas vinculadas al acompañamiento de mujeres, niños y familias en situaciones de violencia. Por ello, reafirmó que están a disposición para capacitar a equipos técnicos, operadores judiciales y actores comunitarios.
La especialista compartió datos que reflejan la magnitud del problema. En Uruguay hay unos 800.000 niños y en 2023 se registraron más de 35.000 denuncias de violencia doméstica. “El 53% de esos niños fueron testigos de esas situaciones”, expresó. Advirtió que la exposición constante puede llevarlos a naturalizar la violencia como parte de la vida doméstica.
“Tenemos pocos niños en nuestro país, debemos cuidarlos como el tesoro que representan para la sociedad”, afirmó, recordando además el envejecimiento poblacional y la necesidad de proteger el desarrollo psíquico y emocional de cada infancia.
Fernández Pereira enfatizó que este no es un mensaje de enfrentamiento entre hombres y mujeres, sino una invitación a reflexionar sobre nuevas masculinidades. “Un varón que participa en la crianza no porque lo impone la ley, sino porque entiende el valor único del vínculo con su hijo, contribuye a un mejor modelo de sociedad”, expresó.
Finalmente pidió prestar atención a señales sutiles como la retención de objetos significativos, chantaje emocional, imposición de visitas no deseadas o la deslegitimación de la palabra de los niños. “Tenemos que creerles, no silenciarlos. La defensa real de su identidad y sus derechos empieza por escucharlos”, subrayó.









