Universitario: el retornando rey, logrando su primera corona en esta nueva década. El equipo ha ganado todo: Primera rueda, Acumulado, Liguilla, y Campeón Salteño. No hay bloqueos para los elogios, no los hay.
Para vos, ¿una alegría bien especial?
«Claro, lo es. Porque Universitario no es solo el equipo que dirijo, es el equipo del afecto. Ese afecto viene de años. Cuando llegué al club, tanto dirigentes como jugadores sabían de qué se trataba lo mío: responder para perfilar el mejor objetivo. Pero si en pleno ciclo se dañaba la interna, me iba. Universitario no es parte de un fin económico para mí, es parte de lo que puedo transmitir. Responder para lograr, pero que cada cual sepa cuál es su rol.»
No estuviste solo…
«Para nada. Desde la dirigencia, hasta Matías Flores y George dos Santos. ¿Cómo no reconocerlos? Cada uno, desde su actitud, sumó. Pero con todos, puse los puntos sobre las íes desde el primer momento. El mensaje se entendió.»
¿De qué mensaje hablas?
«Yo diría que es un pensamiento. Aquí no cuenta la amistad, aquí cuenta el rendimiento. Si es para hacer amigos, nos comemos un asado. ¿Qué problema hay? Pero la esencia es una: producir ese rendimiento del que hablo, para que Universitario contemple lo que busca. Cuando llegué a principio de año, dije que agarraba un equipo con la vara alta. Universitario fue el Campeón del Interior en la edición pasada, y es un tema de responsabilidad, de actitud. Sostener la imagen del club lo más arriba posible.»
¿El ganar se vuelve obligación?
«Ahhhhhh… no hay dudas. Si teníamos casi dos jugadores por puesto, si el plantel incluía jugadores polifuncionales, si muchos de ellos sabían lo que es ser campeón, que se gane debe ser una consecuencia inevitable. No todo lo que nos pasó futbolísticamente en la liguilla fue bueno, pero si de 15 puntos rescatamos 13, uno piensa que el producto quedó asociado a lo que pretendíamos. Es cierto: la obligación de ganar. Lo bueno con Universitario, disfrutamos de esa obligación.»
El año en que ALEJANDRO IRIGOYEN llegó a Universitario
El año en que fue Campeón Salteño. Este mismo Alejandro, con tantos años fuera del fútbol, hasta su desembarco en Saladero en 2021. Fueron tres temporadas en la causa albinegra, allá en el sur. Pero claro, este tiempo es de sabor especial, de saber distinto. O de sabor único. Por eso, del sentimiento en rojo.
- ELEAZAR JOSÉ SILVA
«Leonardo Ferrari sabía bien a quienes tenía delante de él»
En el último partido de la liguilla, cuando Universitario enfrentó a Ferro Carril y el 2-0 se transformó en el molde para ser Campeón Salteño, Alejandro Irigoyen dejó en el banco a Alexander Píriz y George dos Santos, nada menos que a los goleadores históricos del club. Mientras tanto, el delantero central Leonardo Ferrari, el artiguense que se sumó este año, fue clave en la definición.
Desde más de un hincha de la «U», se destacó esa situación: «En el banco se quedaron más de 30 goles».
«Leonardo Ferrari sabía bien a quienes tenía delante de él. No le fue fácil. Sabía lo que Píriz y George significan en estos últimos años. Pero de algo no tengo dudas: es un jugador que irá explotando en Universitario, a partir del convencimiento que vaya adquiriendo. El fútbol también pasa por la mentalidad de cada jugador. Esa mentalidad, a veces, también es capaz de decidir el futuro. Para ese futuro, Ferrari no está descartado, ni mucho menos.»
Las 8 veces al gol
Un total de 8 goles de Universitario en la liguilla final del Campeonato Salteño para quedarse con la corona de rey. A tener en cuenta: ninguno de los dos goleadores históricos llegó a la definición en las cinco fechas. Ni Píriz ni Dos Santos.
Los 8 goles rojos:
- Junior Rodríguez: 3 goles
- Valentín Fornaroli: 2 goles
- Facundo Correa: 1 gol
- Gabriel Tabárez: 1 gol
- Gastón Barrientos: 1 gol