El pasado viernes 25 de julio, la Asamblea General de ADEOMS resolvió solicitar formalmente al Gobierno Departamental de Salto la conformación de una comisión de negociación que aborde seis puntos críticos para los trabajadores municipales. La organización sindical apeló al compromiso de diálogo y buen relacionamiento entre las partes, recordando que dicho vínculo ha sido una promesa mutua.
Primero que nada expondremos los reclamos realizados por el sindicato de funcionarios municipales de Salto (ADEOMS) durante su última asamblea.
1. Designaciones directas y efectividades
El sindicato exige una definición oficial e inmediata sobre la situación de 292 funcionarios que obtuvieron su efectividad en el marco del último convenio colectivo con la administración anterior. En un clima cargado de incertidumbre —potenciado por discursos públicos de actores políticos que han estigmatizado a los trabajadores y los han hecho blanco de ataques injustos—, ADEOMS denuncia que la integridad y salud de los compañeros está siendo afectada gravemente.
Para el gremio, la angustia diaria de no saber qué pasará con sus fuentes de trabajo no puede sostenerse por más tiempo, y responsabiliza al Gobierno de brindar certezas. “No se debe permitir que este asunto siga siendo un elemento de presión diaria”, expresa el comunicado.
2. Negociación colectiva
ADEOMS elaboró una plataforma reivindicativa amplia que, según el sindicato, debe discutirse en el marco legal correspondiente: la Ley 18.508 del sector público. En este sentido, se exige que el Gobierno exprese su disposición o no a cumplir este marco legal, que obliga al diálogo y al intercambio de información detallada.
3. Comisión de Presupuesto
Se propone la creación de una comisión de trabajo específica para el Presupuesto, dentro del marco de la negociación colectiva. El objetivo: acceder a datos económicos y financieros de la Intendencia que permitan a los trabajadores analizar la situación real y proponer soluciones o mejoras en condiciones salariales y laborales.
ADEOMS deja en claro que no pretende cogobernar, pero sí ofrecer su experiencia para aportar a una elaboración presupuestal más justa y eficiente. “Sabemos de las necesidades de los sectores, y podemos aportar en maquinaria, herramientas, infraestructura”, señalan.
4. Nuevo organigrama
El sindicato pide acceso a información concreta y detallada sobre el nuevo organigrama municipal, al considerar que se trata de un tema de alta relevancia tanto para los funcionarios como para la planificación sindical.
5. Compensaciones y cargos Full Time
Actualmente rige en la Intendencia de Salto un tope de 10 cargos consecutivos para compensaciones y full time. ADEOMS consulta cuál es la posición del actual gobierno sobre este límite, tema que considera de importancia para la carrera funcional y el funcionamiento interno.
6. Ingresos y contrataciones
Por último, se plantea una preocupación sobre los mecanismos de ingreso a la Intendencia, especialmente aquellos vinculados a formas discrecionales como cooperativas, monotributos o designaciones directas, frecuentemente asociadas al clientelismo político.
ADEOMS recuerda que ha impulsado concursos y sorteos como formas transparentes de ingreso, logrando que más de 270 funcionarios ingresaran por esa vía en los últimos dos períodos. También ha definido en convenios qué tareas deben cubrirse exclusivamente por concurso.
Frente a esto, el sindicato quiere saber qué vías de ingreso prevé la actual administración para cubrir vacantes futuras.
El caso ADEOMS: ¿Lucha sindical u oposición política?
Este comunicado de ADEOMS fechado el 25 de julio de 2025 se presenta como una proclama sindical, pero, leído con detenimiento, revela más una estrategia política que una defensa legítima de los intereses de los trabajadores municipales. Lejos de ser un llamado genuino al diálogo, el documento parece redactado más como una pieza de oposición partidaria al Gobierno Departamental que como un reclamo sindical.
Un pliego más político que sindical
La clave para entender esto está en el primer punto del reclamo: la exigencia de efectivización inmediata de 292 funcionarios, muchos de ellos contratados en el último tramo de la administración anterior, afín a la conducción histórica de ADEOMS. Este reclamo no solo ignora las complejidades legales y presupuestales que implica regularizar tal número de vínculos laborales en plena transición de gobierno, sino que además funciona como blindaje político a decisiones pasadas que hoy estarían bajo revisión.
El sindicato exige certezas como si estas se hubieran construido en mármol. Pero los acuerdos firmados en las postrimerías de un mandato, sin participación del nuevo gobierno electo, no pueden imponerse como hechos consumados sin debate ni evaluación. Llamarlo “angustia” o “presión psicológica” puede conmover, pero no cambia el fondo del asunto: se intenta forzar la continuidad de una estructura heredada, sin margen para análisis técnico ni gestión responsable.
El “diálogo genuino” como eufemismo
ADEOMS habla de “diálogo genuino”, pero ¿lo practica? las formas adoptadas (comunicados públicos, presión en medios, victimización de trabajadores) ¿constituyen acaso una vía de diálogo, o son una campaña de desgaste político al actual gobierno?. No se perciben propuestas concretas, ni voluntad de construir con el otro. Es difícil hablar de diálogo si se solo se leen imposiciones, exigencias y ataques encubiertos de institucionalidad.
¿Dónde estaba el reclamo por la Ley de Negociación Colectiva para los aumentos salariales durante el período anterior? ¿Por qué ahora se la convierte en bandera de urgencia? El sindicato debe anteponer a los funcionarios municipales, no una agenda política. Si lo que se busca es el diálogo y la negociación, no pueden arrancar con imposiciones y exigencias. ¿Realmente se trata de un tema de derechos laborales o simplemente están buscando instrumentalizar una herramienta legal como excusa para condicionar políticamente al Ejecutivo actual? Estas preguntas me las hago porque antes de asumir el actual gobierno, el sindicato, a través de su presidente ya había dicho que ADEOMS iba a estar «en pié de guerra» con el gobierno, y así no se construye nada.
¿Un sindicalismo partidario?
El comunicado repite la muletilla de que “el sindicato no pretende cogobernar”, mientras reclama acceso a la elaboración presupuestal, definición de organigramas, determinación de formas de ingreso y revisión de compensaciones. Si eso no es cogobernar, ¿qué es?
Más aún, al incluir la crítica a ingresos por cooperativas o contratos monotributistas —sin aportar pruebas ni nombres— parecería que ADEOMS busca instalar una sospecha generalizada de clientelismo, un clásico recurso utilizado desde la oposición política más que una herramienta sindical. El tema es que lo hace con un lenguaje que no interpela al gobierno como interlocutor de buena fe, sino como adversario a combatir. Entonces me pregunto, ¿realmente se busca diálogo o se pretende establecer una lucha política?
El trasfondo: una disputa de poder
En definitiva, el comunicado de ADEOMS no representa, a mi forma de ver, una genuina defensa de los intereses de todos los trabajadores, sino la continuidad de un aparato sindical fuertemente alineado con una corriente política que perdió la conducción del gobierno. Su accionar apunta más a condicionar, deslegitimar y frenar decisiones de gestión que a generar propuestas desde el trabajo colectivo.
Claro está que hoy el gobierno debe decidir sobre el futuro laboral de 292 personas, pero también debe pensar en garantizar el cobro de los funcionarios municipales. ADEOMS debe luchar por los derechos de esos trabajadores, y reconocer que quizás deba replantearse su postura sobre esos 292, tal y como lo hizo con los 250 hace 10 años, porque si no lo hace, su pelea pareciera ser más sobre la permanencia de un modelo de sindicalismo corporativo, opaco y funcional a un poder político, que una lucha sindical por los derechos de los trabajadores. Todo este comunicado se «opaca» por la segunda declaración de esa misma asamblea, en la que declaran persona «non-grata» a un funcionario municipal por criticar la gestión presidida por Juan Carlos Gómez, y casualidad o no, este funcionario no es afín a la linea política partidaria de «la mesa».
Por eso, más que diálogo genuino, lo que ADEOMS parece buscar es un escenario de conflicto permanente, donde disfrazar de lucha sindical lo que en realidad es una disputa electoral de largo aliento. Salto necesita pensar a futuro, Salto necesita que el gobierno gobierne, que el sindicado proteja a sus afiliados, pero que ambas partes pongan a Salto primero.
Elevemos la vara, dejemos de pensar a cinco años, en pensar en cómo se puede dañar a mis contrincantes políticos y pongamos la mitad de ese esfuerzo en pensar cómo sacamos nuestro departamento adelante.