A veinte años de realizarse en nuestro departamento una exposición de arte que nucleó a una destacada generación de artistas tales como Pablo Sánchez, Juan Pablo Conte, Andrés Martínez, Wallas Menoni, Gabriel Bibbó, Pepe Rodríguez, Gildo Menoni y Manuel Mariño– el descollante escultor Diego Santurio – perteneciente al grupo y que ha logrado impacto a nivel internacional – rememoró detalles de un evento que fue un hito en la carrera de cada mencionado profesional del arte. La exposición en su momento fue organizada por Techa Maglio y Jorge Salvador Fernández que fue una pieza clave para el logro de una movida que tuvo una notable trascendencia el 15 de junio del 2001.
“Los artistas nos conocimos en esa oportunidad y fue un disparador muy importante para todos. Jorge Salvador que fue el gran mentor de la exposición falleció hace un par de años y amerita recordarlo. Él era oriundo de Artigas y tuvo vivencias increíbles” – recordó Santurio.
La exposición se llevó a cabo en el Gran Hotel Concordia y el marco de público desbordó la expectativas, tal como indica un artículo de nuestra redacción en aquella oportunidad.
El nivel mostrado por los artistas – en aquella hora emergentes – sorprendió gratamente. La exposición intitulada “El Alfa y la Creación” ofreció un recorrido plástico donde el ámbito fue iluminado con velas y en la puesta en escena habían naranjas esparcidas.
Jorge Salvador con su visión y manera simple de relacionarse con el público logró un producto que fue a través de los años dando frutos inesperados.
Se conjugaron varias artes en una misma sintonía; la música, la pintura, el dibujo, la escultura, arte accidental, arte gráfico, estatuas vivientes y la poesía de Santa María Alcántara. En el segundo patio del Gran Hotel Concordia se instaló el teatro “Sin Tapujos” del director teatral Oscar Bibbó.
Jorge Salvador y Graciela Roundie reflexionaron:”El arte joven con total seguridad se hará cada vez más presente entre nosotros. Recordamos la alegría que sentimos años atrás cuando se instituyó el Premio Paul Cezanne para artistas jóvenes uruguayos allá por 1982, promovido por la Embajada Francesa en Uruguay. Era de suponer que a partir de allí las autoridades del interior de nuestro país apoyarían a la juventud creativa. Esto se convirtió en una utopía. Principio de siglo y del milenio propicia oportunidad para dar un vuelco a la historia plástica salteña y comenzar abriendo puertas de museos, salones, espacios culturales a nuestro semillero artístico.
Muchos de estos chicos que hoy exponen, carecen de formación académica.
Ellos podrán magnetizar atrayendo otras ideas, distintos estilos al actual que proyecten hacia otra realidad.
Nosotros fervientes defensores de las faenas artísticas jóvenes pensamos que ellos son los únicos que tienen la capacidad de aportar al Salto artístico nuecvos discursos estéticos. Quizás esta muestra signifique la materialización de uno de sus sueños. Son dieciséis creadores que muchas veces no pueden acceder a los materiales artísticos ni a los talleres, razón más que valedera para que las autoridades y las instituciones que hoy empujan el carro de nuestra cultura abran otras muchas puertas más para que ellos y otros puedan transitar por sus propios caminos”.
EL ARTE COMO UN
VERADERO COMPROMISO
Y EJE DE VIDA
Diego Santurio destacó la posibilidad de otrora de juntarse y saber que compartían una misma forma de pensar. “Seguimos interactuando hasta el día de hoy. Wallas sigue musicalizando los vídeos que promociono en las redes. En una de mis muestras integrales hizo un disco entero intitulado Hipotálamo. Con Pablo Sánchez la relación también es muy estrecha. En su última muestra estuve brindándole una mano con los montajes.
Luego de esta muestra hicimos otra denominada El Efecto Placebo donde nos reunimos cinco del grupo. Fue en el Mercado 18 de Julio y realmente fue un éxito y nos marcó mucho.
Cuando salgo a hacer las obras grandes Manuel Mariño se encarga aún de la parte gráfica y siempre está colaborando con ideas para los montajes”.
Cada uno de los artistas por separado fueron haciendo notables carreras y se sucedieron otras exposiciones en conjunto y exposiciones itinerantes en la vecina orilla y a posteriori en Federación (Argentina).
La experiencia compartida y la oportunidad de exponer fuera del país fue sumando a la trayectoria de los artistas.
Muchos de los artistas continúan activos, manteniendo vínculos con el primer mundo. “El Alfa y la Creación” a veinte años de su exitoso logro, ha dejado huellas tanto en la sociedad salteña como en el grupo de artistas emblemáticos cuya arte es el eje de sus vidas con un marcado espíritu de compromiso y entrega, actitud poco usual en el universo del arte.
“Jorge nos enseñó a definir la verdadera esencia del arte; si bien es un planteo muy complejo, nos enseñó a ampliar nuestra visión. Y desde ese lugar fue donde más fuerte surgió el mensaje” – cerró Santurio.