La intacta memoria de Gustavo Ferraz. Por eso, no dejará de evocar situaciones puntuales.
Cuando llegó a Progreso, el equipo permanecía más de 30 años sin ascender. Y ascendió en la década de los 90.
Cuando el turno le llegó para ser el Director Técnico de Nacional, los tricolores arrastraban una postergación casi traumática: 52 años sin ser Campeón Salteño. Y en el año 2010, Nacional se constituyó en monarca.
No le faltó la hora de ser el DT de Arsenal, con el equipo de la Doble «A» en la «C». Y ascendió a la «B». Entre los tres equipos, más de 100 años en planos secundarios, o por lo menos distantes de la gloria. Hay que reconocer que desde Ferraz, las transformaciones fueron escribiendo su propia historia. Ese Progreso de los 90 no se archiva. El Nacional de 2010, menos que menos.
«Soy el técnico de Ferro Carril a nivel de Primera en el 2014, cuando termina el ciclo de Ramön (por Rivas) y su llegada a Universitario. Un par de años atrás cuando voy a Ferro, la apuesta por divisiones juveniles. Coordinar el plan de inferiores, con Mario Souza también siendo parte de aquel tiempo. Ferro tenía jugadores con proyecciones. Con una gran mayoría de ellos, no sé qué sucedió, pero solo es parte de este tiempo, Agustin Panza.
Siempre lo he dicho y lo sostengo en el caso de la Liga, que no me olvido de Guillermo Zunini, Rodolfo Galluzzo y el Arq. Adolfo García da Rosa. Pero a nivel de dirigentes de clubes, tendré siempre una valoración especial para Juan Carlos Realini, el presidente de Ferro Carril. Conmigo se portó notable, entre lo humano y lo económico. A Realini no le podía fallar, pero llegó un momento en aquel año 2014 a nivel de Primera División, que una mayoría de jugadores jugaban a media máquina. Hubo jugadores de Ferro que se aburguesaron. Lo hablé con Juan Carlos. Se lo tenía que decir. No me estaba sacando responsabilidad, pero hubo situaciones que tienen que ver con la actitud, que era complejo para enderezar, de rectificar.
En el fútbol cuando teniendo la chance no se quiere…no se quiere. Por más que se hable.
Por más que se diga, es un tema de actitud. De respuesta, que no es solo de técnica, también temperamental, y de entrega».
