
Las complicaciones no han faltado a nivel de categorías juveniles en los torneos regionales. A tal punto que dos partidos concluyeron en batalla campal. Las imágenes en algunos casos, resultaron dantescas. El despropósito de la iracunda violencia, cosa bien real.
En ambos casos, EL CONSEJO EJECUTIVO DE LA ORGANIZACIÓN DEL FÚTBOL DEL INTERIOR, barrió con las selecciones protagonistas: las eliminó. Un golpe de espada sin más vuelta.
Lo sorprendente es que el Ejecutivo pasó por encima de los Tribunales. Los omitió. Ni de Penas ni Arbitral.
Ninguna de las selecciones involucradas dispuso de la opción de defensa, de amparo, de descargos. De repente pudieron pagar justos por pecadores.
De repente hubo inocentes que no se constituyeron en ejes de violencia.
Pero desde el autoritarismo de OFI, se emparejó a todos. Casi sin anestesia.
Un pisoteo a sol y sombra. Lo fue.