Lic. en Psicología Cristina Beltramelli.-

¿Sabías que la práctica de Mindfulness o atención plena posibilita transitar el dolor de manera más saludable?
La experiencia empírica muestra que la práctica de Mindfulness permite comenzar a cultivar una forma de vivir que nos ayuda a relacionarnos con todo lo que surge en nuestra vida de una forma más amable, bajando el nivel de autocrítica, estando presentes en los momentos agradables y no añadiendo sufrimiento a los momentos difíciles, lo que repercute, inevitablemente, en un mejoramiento de la calidad de vida.
Lo que nos propone es una manera distinta de relacionarnos con todo lo que nos sucede en la vida, sea esto agradable, desagradable o neutro. Es abrirnos a prestar atención a todo lo que se despliega en el momento presente, con apertura y aceptación; por lo tanto podemos decir que es una forma distinta de vivir, y no un mero ejercicio.
Hay estudios científicos que demuestran que, aun en las circunstancias más difíciles, como ante el diagnóstico de enfermedades graves como el cáncer, la práctica ayuda a disminuir los síntomas de estrés y trastornos del ánimo como la depresión asociadas a este tipo de diagnósticos, a disminuir los sentimientos de rabia, ansiedad y miedo, y a la regulación en indicadores relacionados al sistema inmune.
Tendemos a resistirnos a lo que sentimos cuando vivimos una situación difícil y situaciones difíciles abundan en nuestra vida. Nos pasamos la vida tensos, queriendo que las cosas sean de otra manera, queriendo ser otras personas o estar en otro lugar quizás sintiendo que la vida ha sido injusta con nosotros y que nos merecemos algo diferente. ¿Les suena esto conocido? Eso es el sufrimiento: el dolor amplificado al infinito por nuestra resistencia.
Cuando nos resistimos a lo que nos sucede, abrimos una fuente inagotable de sufrimiento, porque comenzamos una lucha sin fin con nosotros mismos y con el mundo entero. La práctica de Mindfulness nos invita a practicar la aceptación, no la resistencia.
Si bien es cierto que al comenzar a practicar uno puede llegar a sentir dolores físicos o emocionales, porque lo que estaba allí y no veíamos ahora sale a la luz, al perseverar en este camino podemos comenzar a “hacernos amigos” de las sensaciones, emociones y pensamientos que nos visitan, por dolorosos que sean y afrontarlos de manera más “sabia”. Es justamente cuando evadimos, nos desconectamos y actuamos “en automático” que nuestro sufrimiento crece; mientras más escapamos a nuestro dolor, más grande y denso se vuelve.
Les “regalo” una práctica que pueden implementar cuando necesiten cobijar y acompañar al corazón frente a un dolor emocional o físico; cuando hay tristeza, miedo, ansiedad, angustia, etc. La misma se denomina CORA, inspirada en la Autocompasión basada en Mindfulness:
CO Conciencia del malestar, hace referencia a notar por medio de la vigilancia, sin identificarte, el dolor físico o emocional que se encuentra presente, liberándote de la victimización, NOTÁNDOLO, incluso nombrándolo “hay dolor”, “hay tristeza”, “el enojo está presente”…
R Reconexión con la humanidad, se refiere a recuperar el vínculo con la humanidad entera, hacerte consciente de que el dolor es algo propio de la experiencia humana, “no hay nada fallido en ti por sentir dolor” y que muchos otros han experimentado un malestar parecido a lo largo de la historia y lo han trascendido…No estamos solos.
A Amabilidad, se refiere a dirigir amor bondadoso y compasión a ti mismo, ofreciéndote ternura y cariño por el dolor que está presente, con gesto cariñoso y con las frases y tono de voz que le ofrecerías a un ser querido que pasa por ese dolor…sin luchar, sin huir, sin quererlo anular…sólo dándote compañía tal como la necesitas.
La intención es que se haga parte de tu vida cotidiana y esté presente cada vez que lo necesites, recordando que su propósito es acompañar sabia y compasivamente, y no cambiar intencionalmente tu experiencia o fabricar una nueva