Fue dura la parada.
Fue un partido complicado, porque a Uruguay de Bella Unión no le faltó propuesta. La tuvo. Cuando llegó al empate, tras el 1 a 0 por obra de Agustín Suárez, más de una situación de gol sobre el arco del «Coti» Regueira.
Hasta que el ingreso de Nicolás Arbiza esclareció la misión de ataque. El perfecto repertorio a la hora del gol. Una definición y otra definición.
A Alejandro Irigoyen la resolución le salió redonda. Lo mandó a la cancha y el bellaunionense alcanzó soberbio nivel de explosión.
Nacional se quedó con la victoria. Sumó tres puntos más. A Uruguay le ganó de ida y de vuelta, con un global de 4 a 1. No se puede discutir la justicia de este Nacional avanzando.
Pero es concreto que el nuevo examen (cada partido lo es), también impacta en el valor estadístico. Nacional jugó su octavo partido, de los cuales ganó 7 y empató 1. De 24 puntos disputados, rescatados 22 a su cuenta. Más del 90 por ciento de los puntos.
Pero además pasa a registrar una suma de goles no menor. 22 goles en 8 partidos: casi 3 de promedio. Un total de 7 (siete) jugadores llegaron al gol.
Fue ganando de local. Fue ganando de visitante….¡qué esto es Nacional, no hay quien lo dude! Es uno más entre los mejores 16 de la Divisional B. No está lejos del ascenso a la «A».
La cercanía es parte de la elocuencia. Una verdad que no se destruye. Porque es monolítica.