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jueves, 29 de mayo de 2025
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⚖️ Ruben Boschetti, Instructor de Árbitros

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Diario EL PUEBLO digital
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«A la ofensa la mide el ofendido; ¿te insultó y todavía lo saludas?»

Todo aparece muy a la medida del tiempo que va discurriendo. Es cierto que el fútbol no está al margen de una violencia infelizmente instalada en no pocos estratos de la sociedad. Pero es concreto también que, de un tiempo a esta parte, en el fútbol se invocan dos palabras: «VIOLENCIA VERBAL» o agresión verbal.

Parece superar el límite del insulto por el insulto mismo. De lo que no hay dudas es que en una cancha de fútbol, el lenguaje no es muy académico que se diga. No se apela precisamente a una lista de expresiones que rindan culto al idioma español.

Un par de días atrás, desde la Liga Salteña de Fútbol se propaló un comunicado que hace mención a la remanida violencia y el imperativo de bloquear entonces determinadas vías de agresividad. Como receptores de primera línea (¡faltaba más!), los integrantes de una terna de árbitros. Sobre ellos recae la furia mayor y constituyen el argumento bien potencial, ya a mano, para justificar las desventuras clubistas al tiempo de la acción.

De lo que no hay dudas: no pocos parecen enrolarse en una legión de moralistas o sostenedores de una determinada actitud. Y entonces, frente al desvío de algunos o de muchos, aparece el espanto.

RUBEN RICARDO BOSCHETTI es Instructor de Árbitros de OFI. Pero además fue árbitro. Es la prolongación de quien enarbola la bandera de los jueces en una cancha, pero que recala en un enfoque que vale la pena atender. Con EL PUEBLO, el propio Ruben se baja del pedestal de la función y apela al razonamiento de un hombre común. Y bien futbolero.

🗣️ «NO TODOS SOMOS IGUALES»

«Soy de los que piensa que a la ofensa la mide el ofendido», en el apunte de Ruben a partir de lo sucedido en torno a un partido de Copa Libertadores de América, donde un jugador venezolano largó el llanto frente a quien le propinó «la bajeza de un insulto desmedido», según reza la expresión de algunos tentadores de la opinión.

«A unas expresiones como las de ayer, no le puedo responder con algo más sarcástico y estate tranquilo que el que va a terminar ofendido es el que quiso ofenderme. Yo por lo menos soy así y en una cancha… Si no me putean o putean… Extrañaba o extraño. No tiene gracia. Esto es así».

Para el Instructor de árbitros, «una ofensa verbal son solamente palabras. Entran por un oído y salen por el otro. Ahí se terminó la ofensa. Y ahora paso a contar una anécdota.

Un domingo voy entrando con mi señora a un supermercado y me saluda una persona con muy buena onda. De la misma forma lo saludé yo. Después le digo a mi señora: ‘este muchacho ayer me dijo de todo en una cancha (fútbol comercial). Me puteó de arriba a abajo’. Mi señora me pregunta: ‘¿todavía lo saludás?’ Le digo que el fútbol es fútbol. Si yo me enojara con todos los que me han dicho algo en una cancha, serían muy pocas personas a las que hablaría. Así de fácil.

Lo que pasa en una cancha, sea con jugadores, parciales o quien sea, de mi parte, termina ahí. No sé si la otra parte lo toma de la misma forma. Allá esa persona. Es mi forma de pensar. Yo lo veo de esa manera. Quizás por eso no me afectan las palabras ofensivas que puedan venir de terceras personas. No todos somos iguales

Interrogantes sin respuesta

Mientras las interrogantes proliferan y las respuestas escasean. Por ejemplo:

  • ¿Quién determina el lenguaje aplicable a un partido de fútbol o en el entorno de él?
  • ¿Cuál es el límite de lo permitido, desde el momento que al nivel expuesto (la violencia verbal) nada está prohibido? ¿O qué está prohibido?
  • ¿La ofensa al ofendido a partir de qué expresiones?
  • ¿El fútbol, porque es fútbol, tolera lo que algunos interpretan que no debería tolerar?
  • ¿Disposiciones en esta materia? ¿Normativas dispuestas? ¿Leyes a partir de qué?

Ruben Boschetti es de los que sostiene que «estamos muy susceptibles». O que un insulto determinado abre más heridas, que la propia herida de un golpe al mentón.

A veces las contradicciones andan a la vuelta. Y las grietas que producen los absurdos. Esos, que no faltan. Esos, que no faltarán.

-ELEAZAR JOSÉ SILVA-


📸 «No se la pierde»

La nota gráfica incluye a Ruben Boschetti (a la izquierda), junto a dos colegas de ocasión. Fue el año pasado y el propio Ruben reveló el pensamiento de entonces.

«Luego de siete años, volviendo a arbitrar un partido de primera división. Partido de la ‘C’ con carácter amistoso. El resultado final fue de Lazareto 1 Cerro 0. La verdad, a pesar del paso del tiempo, y de haber tomado otro camino, el de la enseñanza, no se pierde la pasión por el arbitraje».

Quienes fueron parte del arbitraje tienen ahora la posibilidad de una reflexión a la que profundidad no le falta. Las cuestiones empíricas son puntuales. Es el valor incanjeable de la experiencia adquirida.


🚫 «De la Sub 14 a la Sub 15, terreno de la intolerancia»

No tendría por qué el fútbol salteño estar al margen de situaciones que tienden a generalizarse, con una palabra que reina, en medio de la propia división que produce: LA INTOLERANCIA. No por nada en el Consejo Único Juvenil de la Liga, «más que preocuparnos, llegó el momento de ocuparnos, porque determinados hechos van superando lo que puede denominarse como cosa normal».

En tanto, la confesión de JOSÉ GABRIEL DE LOS SANTOS a EL PUEBLO se suma como aspecto no menor, a partir de los años que va acumulando en condición de árbitro.

«No es tanto lo que uno ve y escucha como agresión verbal, por ejemplo en la categoría Sub 18. Soy de los que pienso que de la Sub 14 a la Sub 15, ahí está el terreno de la intolerancia. En esas categorías se comprueba la actitud de aquellos a los que se les va la mano. Los que juegan y los que gritan desde afuera. Si los males están ahí… ahí habría que atacar».

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