La última tormenta fuerte de viento, hace pocos días, derribó un cartel de chapa de grandes dimensiones, que estaba (sostenido por postes de madera) ubicado en avenida Blandengues casi Barbieri, lado oeste y de frente al norte. Pero no quedó completamente a ras del suelo, sino que los postes aún sostienen una parte de la chapa, más o menos a un metro y medio del suelo. Para sorpresa de muchos que ayer pasaban por el lugar, el cartel fue utilizado como techo para una familia que hasta colchones colocó debajo.
Desde distintos puntos de la ciudad, siguen llegando reclamos por la falta de cumplimiento en la entrega, en tiempo y forma, de facturas en papel de todo tipo: Ute, Ose, Antel, tarjetas, etc. Parece un tema de nunca terminarse.
Alguien que fue hasta la Colonia Osimani y Llerena el fin de semana pasado, nos decía que el camino requiere un arreglo profundo lo antes posible. Ojalá se logre esa y otras varias mejoras que se reclaman en la caminería rural en el departamento en general.
El sábado anterior hubo fiesta en Parque Harriague, anoche en la Plaza Treinta y Tres, el sábado que viene habrá un primer desfile. El carnaval sin dudas comenzó a moverse. Para mucha gente es, como nos decía ayer alguien que vende frankfurters, «el momento de mejor zafra del año». Bienvenido sea entonces.