Ayer nos decía un lector: «como otras veces han hablado de calles de adoquines, que si se las quiere conservar como patromonio hay que arreglarlas y hacerles mantenimiento, y siempre hablan de Treinta y Tres (entre Uruguay y Artigas), o de Varela (entre Juan C Gómez y Colón), quiero decirles que no se olviden de calle Lavalleja». Es cierto, también son de adoquines las dos cuadras de Lavalleja, desde Artigas hasta Varela. Y ameritan que se arregle ciertos desniveles.
Preocupada estaba una señora, que incluso nos pasó fotos y un video, por la deforestación que se está haciendo en algunas áreas a la altura de Salto Grande, tanto del lado uruguayo como del argentino. «Están talando hasta pinos que tienen más de treinta años, me parece una lástima», decía. Aún no hemos podido conocer los motivos.
Otra vez el problema de envenenamiento de perros da que hablar. En este caso nos llamaron vecinos de Ceibal, en inmediaciones del liceo del barrio. Como siempre, además de lamentar mascotas muertas, temen que alguna persona, sobre todo niños que juegan en las veredas, entren en contacto con el veneno.
Mucha gente vinculada al deporte manifiesta su alegría por la calle que hoy se inugura: «Ramiro Cortés» se llamará un tramo de Santos Errandonea, a un lado de la Plaza de Deportes. El lugar además, es inmejorable: su nombre seguirá estando junto al deporte.
