Lo que está viviendo el sur del país con la falta de agua potable, trae diversas repercusiones. El tema se ganó el comentario popular. Y comenzaron a oírse opiniones de todo tipo. De lo que no hay dudas es de que estamos hablando de un recurso finito, como tantas veces se explica pero cuesta entender: la contaminación en arroyos y ríos sigue siendo impresionante.
Precisamente, un lector nos decía: “¿vieron cómo están los arroyos acá en la ciudad?…Un desastre”. Nos invitaba a observar el arroyo Ceibal desde la zona de Gdor. de Viana y el Sauzal desde el puente de calle Zorrilla casi 19 de Abril. La verdad que sí, mucha mugre.
Otros lectores nos hablaban de la necesidad de tener reservas de agua. Uno incluso planteaba: “¿no se puede volver a los reservorios que tenían las casas antiguas? Eran espacios subterráneos llamados cisternas…”. Nos recordaba, como ejemplo, que debajo del edificio de Jefatura de Policía, antiguamente había uno muy grande.
Ayer comentábamos infracciones que se ven en el tránsito, que de tan graves rayan lo insólito. Pues ayer mismo otra: cerca de las 12 del mediodía, el repartidor de una carnicería iba a alta velocidad, contraflecha, por Brasil al 1500. Sí, pleno centro y hora pico. Como si fuera poco, no pasaba inadvertido porque iba con bocina abierta. “Como para que veamos que ahí va”, comentaba un señor que miraba pasmado.
