Depender del combustible hace competitiva nuestra producción, no es bueno, sobre todo cuando es sabido que nuestro país, que sepamos hasta el momento no tiene combustibles fósiles alguno.
Pero ubiquémonos en nuestra realidad. Mucho se ha hablado de la incidencia del precio del gasoil y la nafta en la producción nacional. Pero no sólo esto, cuando el precio del combustible en el vecino país de Argentina, el más cercano a Salto, es notoriamente inferior al que se cobre en nuestro país, seguro que apenas se abra totalmente la frontera con el vecino país habrá una “corrida” hacia el otro lado del puente.
Por otra parte es lógico y natural que la haya. En primer lugar porque no sabemos cuál sería la irregularidad de llenar el tanque de combustible del otro lado, cuando se trata del tanque original, que no ha sido modificado.
Pero el mayor riesgo es indudablemente el trasiego de combustible para la venta no al público por supuesto.
Estamos de acuerdo y entendemos que tanto el combustible, como otros artículos de primera necesidad deben de tener un precio “de frontera” que se parezca mucho de un lado y del otro del río, aunque tengan cierta diferencia parece inevitable. Cuando esto queda libado al mercado, es lógico que se producen estas desigualdades, sobre todo cuando el cambio es muy desigual.
Honestamente, creemos que la conciencia llega hasta que comienza a doler el bolsillo y de allí que veamos hasta en el “bagashopping” a mucha gente que evidentemente tiene o hace ostentación al menos de tener un nivel de vida que perfectamente le alcanzaría para comprar los productos nacionales en el mercado local.
Existe una situación injusta. Todos los gobiernos lo saben. Todos los partidos también, pero nadie se arriesga a ponerse el “bagashopping” en contra, porque mucha gente vive de lo que hace allí.
No hay gobierno ni partido, ni ideología alguna capaz de enfrentarse a esta injusticia. Por supuesto que tampoco el empresariado local o nacional por la sencilla razón que entre éstos hay de todo, incluso los que están “en negro”, traen alguna mercadería en estas condiciones o bien se aprovechan del hecho de que en el “bagashopping” no existe más ley que el mercado, por supuesto que no consideramos que “todos” son así. Vale decir que muchas de las exigencias que se le hacen al empresario legal, “no existen” allí.
Por supuesto que es válida la preocupación por la apertura de las fronteras, pero “quien le pone el cascabel al gato”.
A.R.D.
El precio del combustible y las diferencias con la frontera
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