Una de las infracciones más frecuentes en materia de tránsito en nuestra ciudad, es la famosa puerta del lado de la calle. La apertura de la puerta sobre todo en aquellas cuadras céntricas en que los vehículos estacionan en doble fila, es casi un seguro accidente y generalmente grave.
Pero lo más preocupante de esto son dos cosas: en primer lugar que quien abre desaprensivamente la puerta está convencido que está haciendo las cosas bien y que tiene razón y derecho a hacerlo. Aspectos totalmente equivocados.
El segundo aspecto tan equivocado como el anterior es que personalmente hemos visto a inspectores de tránsito de la Intendencia de Salto, observar esta irregularidad sin intervenir al menos para informar al infractor de su falta.
Quizás quien procede de esta manera nunca anduvo en un vehículo más chico y por lo tanto ignora lo que significa para éste, el riesgo que representa para una moto por ejemplo, el choque contra una puerta metálica.
Hay que saber con claridad que es esta una infracción. Muchos conductores y en especial conductoras lo saben y al menos se disculpan cuando notan la gravedad de su infracción y sobre todo el riesgo que conlleva su acción para otras personas.
En algunas grandes ciudades donde el tránsito es más rápido, pero también más ordenado, hemos visto como estos conductores al abrir desaprensivamente la puerta de la calle, ve como otros vehículos son capaces de arrancárselas y sin inmutarse, sabedores que quien está cometiendo una infracción es quien abre la puerta sin reparar en el tránsito que circula en esos momentos.
Para nosotros la máxima irregularidad es la ignorancia y mientras no se asuman planes de educación para combatirla, seguramente no habrá cambios en la situación y tendremos que seguir lamentando estos accidentes, que por suerte no han sido numerosos para la intensidad del tránsito vehicular de nuestros días.
La cuestión es la que hemos explicado en muchas ocasiones. Las normas existen, están debidamente estudiadas y establecidas, pero si no hay quien exija su cumplimiento de nada vale.
La irregularidad se suma a otra en la que hemos insistido frecuentemente en estas columnas. Son los conductores fundamentalmente de motos que circulan por las banquinas de las rutas e incluso adelantan por la derecha, ante la pasividad de inspectores y policía caminera que ni siquiera observa la infracción.
Son sólo botones de muestra, pero meintras no los corrijamos seguiremos lamentando las consecuencias.
A.R.D.
