“Con la lluvia todo es más complicado”, nos decía ayer una señora. Lo decía mirando los “embotellamientos” de autos en la esquina de Barbieri-Batlle y Blandengues. Es cierto, todo se dificulta con el peligro de resbalones, menos visibilidad, etc.
Otra persona nos comentaba, cambiando de tema: “todos los días hay una actividad distinta y nada de dar clases”. Es una abuela preocupada porque en la clase de su nieta, que concurre a una escuela pública, hace días que tienen “un día una salida a tal lado, otro día una merienda compartida, al siguiente la fiesta de tal cosa…¿Cuándo dan clases?”. En fin, todo ha cambiado.
Todo el entorno de la vieja Estación Midland es lamentablemente utilizado a diario por decenas de personas (sin exagerar) que pernoctan allí, bajo las largas galerías techadas. Ya hemos planeado este tema en varias ocasiones. Los vecinos manifiestan no estar muy a gusto con la situación, ya que hay noches que ocurren desórdenes y demás.
Precisamente, hace unos días la crónica policial hablaba de una persona herida de arma balanza en calle Arregui entre Agraciada y 8 de octubre. Es decir, allí mismo, en el lugar del que estamos hablando. no sabemos si tuvo algo que ver en el episodio alguna de las personas que pernoctan allí, pero fue suficiente para que un vecino nos llamara: “¿Vieron lo que les decía de esta zona?, hay noches que se pone brava”, nos decía.
