Si algo hay que tener muy claro es que no somos imparciales, que tanto por acción como por inanición muchas veces somos condescendientes y hay que tenerlo muy claro.
Cuando nos tomamos más tiempo, para definir algunos aspectos de una ley o disposición estamos beneficiando a alguien y perjudicando a otros.
En alguna medida nos estamos refiriendo a las limitaciones legales que tiene hoy la disposición del los fondos de partidos políticos. Que nadie mire para el costado o se haga el distraído, Hay aspectos de la actual legislación que debieran haberse adoptado ayer, no admiten la menor demora.
En este renglón consideramos que la procedencia de los fondos, la identidad de los aportantes, el monto máximo aportado y demás no admite la menor demora. Deben ser investigados, deben nombrarse los investigadores y debe dárseles los recursos y la potestad correspondiente.
La ley que permitiría cerrar esta puerta en la política uruguaya ha logrado media sanción, tras mucha polémica y no se puede ignorar que en tanto los legisladores no se pongan de acuerdo al menos en los aspectos principales de esta ley, los que seguirán sacando provecho serán los que disponen de mucho dinero y ya sabemos quiénes son.
En tanto nosotros seguimos considerándonos “intocables” los diferentes y los distintos de América del Sur. Es más hace ya muchos años que dejamos de ser considerados la “Suiza de América” y hoy lejos de parecernos a Bélgica por ejemplo, somos más parecidos a Bolivia, Colombia o México mismo.
Aún recordamos cuando aparecieron y se comprobaron en el país los casos de “sicariato”, Se los consideró hechos aislados, porque aquí nunca se iban a registrar.
Sin embargo hoy hemos naturalizado el hecho de que se mate a dos o tres personas por día. A lo sumo se informa que “tenía antecedentes”, como queriendo justificar estos asesinatos.
Estamos tratando de alertar sobre la situación real. Los legisladores que le dan vuelta al asunto, que buscan y rebuscan argumentos para dilatar el asunto son también tan culpables de que los delincuentes sigan teniendo vía libre para sus fechorías, como son los que delinquen.
Las declaraciones para la tribuna abundan. Todas buenas intenciones y argumentos que luego en los hechos no se cumplen por falta de recursos o cualquier otro motivo.
En algunos casos quien viola una ley o una norma es castigado con una sanción leve que lejos está de impedirle a esa persona que vuelva a delinquir o a desconocer la ley.
Así estamos ¿hasta cuándo?
A.R.D.
