Estamos con la campaña electoral en su modo más clásico iniciada de cara al largo período electoral y a un año y poco del cambio de gobierno, lo que permite plantear algunas percepciones sobre la evaluación de la gestión de gobierno.
Entendemos que al Gobierno se lo debe juzgar en función de dos parámetros, por cómo y cuánto cumplió lo que propuso y por cómo les fue a los uruguayos.
La propuesta, publicada en el documento “Compromiso por el país” firmado por todos los integrantes de la Coalición, planteaba que “Todos juntos podemos ofrecer al país lo que nadie más está en condiciones de ofrecer: una mayoría parlamentaria que permita gobernar con fluidez, y una variedad de enfoques y sensibilidades que nos ayude a dar mejores respuestas a la diversidad de necesidades y aspiraciones de los uruguayos”. Que desarrollaba en 13 líneas estratégicas.
Hay que revisarlas minuciosamente junto a las medidas que traían incorporadas; pero es muy claro que algunas de las más grandes claramente no se cumplieron.
La Ministra Arbeleche pedía en el Parlamento que midieran la gestión en función del cumplimiento de las metas fiscales y el déficit que se mide en función del PBI-Producto Bruto Interno (que mide la riqueza del país), está en los mismos valores que en el 2019 con el agravante que ese producto creció y que además creció significativamente la deuda externa, por lo que los márgenes de maniobra y por tanto la situación general del país está más comprometida. Incluso llegaron a poner reglas fiscales que no fueron capaces de cumplir.
No está demás aclarar que el crecimiento de la riqueza fue solo para unos pocos privilegiados y no para la mayoría de la población, que vio caer sus ingresos tanto por jubilaciones como por salarios.
La segunda línea estratégica era “un estado inteligente y transparente”, probablemente el período más “turbio” desde 1985 (destacan entre otros la entrega del puerto por 80 años entre gallos y medias noches; pasaporte exprés a un narco, el caso Astesiano, la protección a Penadés, el caso CTM, el campo de Colonización que ahora es de Manini, etc.).
En transparencia, prometían fortalecer la JUTEP y casi la desmantelaron o lo mismo el ingreso de los funcionarios públicos (incluso para las Intendencias) y como muestra está lo de CTM Salto Grande.
La mirada de largo plazo que prometían, con planificación estratégica; para una OPP que venía de armar la Estrategia Nacional de Desarrollo al 2050 que se descartó y la planificación se transformó en una pequeña oficina.
En otro eje prometían “abrir mercados y hacer alianzas” y salvo los acuerdos que estaban casi prontos, no se avanzó nada y se pasaron el período peleando con los vecinos.
Ni siquiera pudieron cumplir en seguridad que anunciaban que solucionaban todo casi porque tenían todas las recetas que incluyeron en la LUC, luego que Heber tenía planes secretos… pero en concreto vemos como cada día que pasa la situación es peor que el día anterior.
Prometían afincar a los jóvenes en el Campo, pero vaciaron de recursos al Instituto Nacional de Colonización para terminar con los asentamientos, lo que no pasó del discurso. Se sigue yendo la gente de campo y siguen aumentando los asentamientos. pero se atienden rápidamente los pedidos de los grupos inmobiliarios.
Tampoco hay solución para quienes viven fuera de los asentamientos y necesitan de una mano para alcanzar el derecho constitucional de una vivienda decorosa. Ni hablar de quien prometió 50.000 viviendas y de lo poco que hizo se destacó la entrega de las mismas a los correligionarios.
Prometían “proteger a los más débiles” y no se destinan los suficientes recursos y la pobreza infantil sigue creciendo.
Muchas veces parece que el Gobierno funciona al grito, que atiende los problemas que se hacen muy visibles, ya sea por los medios o por las redes sociales, pero no atiende a los problemas de fondo, incluso a aquellos a los que se comprometió a hacerlo. Parecería que está en permanente campaña electoral, con una mirada puesta en las siguientes elecciones sin planteamientos a largo plazo, incluso en temas que sin lugar a dudas debe tenerlo como la educación, en donde se confirmó esto cuanto el principal actor renunció (porque la ley lo obliga) para salir de campaña electoral.
Quienes entendemos a la política como una cosa seria, en la que la palabra empeñada, sea en forma oral o en las propuestas programáticas, vemos que este gobierno prácticamente no ha cumplido con ninguna de las promesas.
Lamentablemente no solo no cumplieron con lo que prometieron, sino que tampoco se hacen cargo, ni siquiera de lo que ellos mismos han generado y buscan siempre responsabilizar a otros, en especial al Frente Amplio, a pesar que como dice el documento citado tenían todas las condiciones para hacerse cargo.
En definitiva, tiene razón Rodolfo Nin, cuando dijo preocupado que el gobierno tiene una especie de complejo de inferioridad con el Frente Amplio, pero además parece que no les importó ni mentirles a los uruguayos ni dar respuesta a los problemas de la mayoría de la gente.
En resumen, vemos que hasta la fecha en los temas importantes el gobierno deja un sabor a muy poco.
