Cuando se nos plantean objetivos similares y esfuerzos independientes uno del otro, nos mueve a lamentarnos y a soñar cuanto de bueno tendría que uniéramos los esfuerzos pro desarrollo departamental para impulsar decididamente aquel Salto y aquella región que soñó un puñado de visionarios de Concordia y Salto.
Recogiendo una idea ya difundida por el Esc. Enrique Cesio en su libro “Memorias Ilustradas”, sobre los acontecimientos registrados en Salto durante los últimos ochenta años, soñamos con el aprovechamiento del embalse de la represa de Salto Grande para fines de riego de la hortifruticultura que distingue precisamente a esta región de ambos países.
Mientras en Salto Grande se sigue abrigando esperanzas, tratando de dar forma a planes anunciados muchas veces y jamás viabilizados, desde la intendencia y algunos organismos nacionales se albergan esperanzas del funcionamiento adecuado y satisfactorio de la central hortícola de Salto, actualmente en construcción.
Nunca como ahora hemos vislumbrado tanto esfuerzo y tampoco nunca como ahora vemos como se han tratado de obviar las dificultades que seguramente enfrentarán ambos proyectos.
En Salto Grande se habla de reflotar el ferrocarril que uniría las ciudades de Salto y Concordia. La infraestructura está prácticamente pronta, las vías y demás implementos necesarios existen y están en desuso desde hace más de 40 años.
Se habla (¿o hablaba?) de la navegación del Rio Uruguay, desde el Brasil. Proyecto que seguimos sosteniendo resulta utópico.
Desde la Intendencia se habla de reflotar un puerto de barcazas que para salvar las dificultades de remontar el rio hasta el puerto de Salto, tendría base en Saladero. Recordamos también cuando se anunció e incluso se dio fecha para el inicio de vuelos entre Nueva Hespérides y Santiago de Chile.
¿A nadie se le ha ocurrido sondear antes de realizar estos esfuerzos, si habría mercado para estas vías de transporte?
Que sepamos desde el puerto de Salto se ha intentado más de una vez poner en funcionamiento la vía fluvial, por lejos la más accesible. Recordamos los últimos intentos y salvo como transporte de implementos para la propia represa, planificados y ejecutados por técnicos en la materia, nunca supimos de otras experiencias exitosas.
Más bien podríamos enumerar el fracaso que ha envuelto a muchas de ellas y lo oneroso que han salido estos fracasos. Como se dice en campaña hasta el momento ha sido “gastar pólvora en chimangos”.
Deseamos de corazón equivocarnos y deseamos por el bien de estos pueblos y de la región que nos equivoquemos. El tiempo lo dirá.
A.R.D.
