A propósito del Día de los Municipios de América que se celebra hoy 24 de abril, consideramos oportuno reiterar aspectos sustanciales del rol de los gobiernos departamentales y locales.
Máxime en estos momentos en que los aspectos cotidianos de los servicios de los cuales se sirve la población han pasado a tener una importancia fundamental en el cuidado sanitario.
Tanto el transporte público, como la eliminación de los residuos y hasta la atención al público en si, tienen en estos momentos una gran importancia, El denominado ABC (Alumbrado, Basura y Calles) sigue teniendo un rol esencial sobre todo para los gobiernos y alcaldías locales.
Pero como lo hemos dicho y volvemos a reiterarlo hoy, no es lo más importante de un buen gobierno departamental, que a nuestro juicio debería de enfocarse en conseguir trabajo y ocupaciones dignas para los habitantes de cada lugar sin otro requerimiento que su idoneidad para el trabajo requerido.
Nunca nos cansaremos de señalar que la construcción de la represa de Salto Grande, marcó un tiempo memorable para Salto. Empleó a cerca de 5.000 trabajadores y éstos volcaron en la plaza local gran parte del dinero recibido.
Durante cuatro o cinco años vimos como los trabajadores locales y no sólo del terruño se mostraban contentos del trabajo que tenían.
Luego muchos de ellos se capacitaron en tareas que no son habituales y emigraron con la empresa constructora en ocasiones a lugares muy lejanos, pero también como trabajadores especializados muy bien remunerados.
Es el mejor papel que le cabe a un gobierno departamental. Antes que detenerse a buscar culpables de algunas situaciones. antes de adjudicar errores y deficiencias, preferimos que el enfoque en planes reales y concretos para el desarrollo y la superación de la comarca.
Sabemos que no es tarea fácil, pero la cuestión es salvar las pequeñeces que nos impiden avanzar y apostar al futuro, al desarrollo y a la superación de la gente de la región, como los hicieron los pioneros de Salto Grande.
Tampoco para ellos fue fácil, si tenemos en cuenta que los primeros estudios sobre el aprovechamiento de los rápidos del río Uruguay datan de principios del siglo veinte y recién 74 años después se anunció la concreción de la obra.
Aun así, porque lo hemos vivido no nos cansaremos de sostener que no hay ningún elixir mejor para el desarrollo de los pueblos, que el trabajo digno, estable y bien remunerado.
Que en este 24 de abril se lo entienda de una vez por todas.
A.R.D.
