Cuando se habla en generalidades se corre el enorme riesgo de ser injustos. Pero más allá de esto, cuando un legislador, que está protegido por los fueros parlamentarios que tiene su cámara, se refiere a que “algunos periodistas se han tomado en serio su rol de sicariato”, es extremadamente injusto.
Exigimos que se mencione con nombre y apellido tanto al periodismo que se considera “sicario”, como a los medios que se estima cobija este tipo de periodismo.
Mucho nos tememos que si se nombra a quien se considera “sicario” existen otras responsabilidades, que los legisladores deben saber que la tienen y por lo tanto deben manifestarse cuidadosamente, porque los fueros que lo protegen un día pueden caducar y tendrán que concurrir ante la Justicia como un ciudadano común. Cuando se dice “sicario”, se está diciendo asesino sin escrúpulos, se está hablando de criminales y no se lo puede hacer con total liviandad, con total desparpajo, porque en un país democrático hay leyes que respetar.
El senador Manini Rios acaba de llamar “sicarios” a determinados periodistas que nunca nombró. El hecho de tremenda gravedad, en cuanto a que si considera “sicarios” a quien o quienes ponen en evidencia los dichos de un político, sean estos pronunciados en privado o en público, nos comprendemos dentro de este grupo.
Es más , consideramos que una de las funciones esenciales del periodismo es precisamente revelar las ideas o la forma de pensar de quien o quienes procuran representar al pueblo
uruguayo.
Siempre hemos sostenido que el periodista, como el policía, o el juez, por mencionar sólo algunas de las profesiones donde es esencial, debe ganarse el respeto de sus conciudadanos, pero jamás la amistad. Puede integrarse a grupos de amigos o de gente que de alguna manera sienta cercana, pero manteniendo siempre su independencia incondicional.
El periodista tiene por misión revelar, bajo determinados códigos, aquello que otros intereses no quieren que la ciudadanía lo sepa. Esto supone que debe ser capaz de probar, no judicialmente, pero si ante la opinión pública que lo que ha publicado no es una infamia, no es un invento, o una elucubración.
Si el senador Manini Ríos tiene pruebas de lo que dice, debe concurrir a la Justicia, como lo establece el régimen democrático y probar que no está difamando, que no está lucubrando gratuitamente y sobre todo debe decir con nombre y apellido a quien considera “sicario”.
A.R.D.
