En la vida de una persona 61 años es prácticamente toda una vida.
La persona es considerada adulto mayor y ya se la considera apta para jubilarse, vale decir para retirarse a descansar o a gozar de su “jubileo”, que significa disfrutar luego de haber aportado una vida de esfuerzo y entrega a la sociedad que integra.
No necesariamente es así en la vida de un periódico que como EL PUEBLO, hoy cumple sus primeros 61 años, ha entregado su vida a lo que a lo largo de este camino consideró la forma de asumir “la verdad en la caridad”.
El mismo legado que recibimos de aquel grupo de salteños que supo encarar la quijotada de fundar un periódico con base cristiana, con valores capaces de trasmitir y de considerar que la razón de la vida está en lograr una vida más justa, más equitativa y sobre todo más igualitaria para todos.
No es tarea fácil, sobre todo en estos tiempos en que los cambios en materia de comunicación son tan rápidos y profundos que parecen complotados para confundir, para engañar y para dañar en beneficio de algunos intereses malévolos, más que un aporte a la verdad y la claridad de conceptos.
Vivimos en un mundo en que una noticia falsa puede ser revestida de tantos visos de realidad, que no resulta fácil descubrir su naturaleza.
Hoy cuando ya prácticamente no queda nadie de aquellos valiosos hombres, como tampoco está entre nosotros quien lideró esta segunda etapa de EL PUEBLO, queremos decirles que su esfuerzo no ha sido en vano. Que no cederemos ante el avance de la falsedad, de la mentira o el engaño y que Dios y la vida nos ayuden siempre a mantener en alto aquellos principios que inspiraron la aparición de EL PUEBLO, aquel 15 de noviembre de 1959.
A todos ellos nuestro mensaje de gratitud y el compromiso de seguir bregando hasta el último día de nuestra vida por una sociedad que asuma el mensaje de defender “la verdad en la caridad”.
Alberto Rodríguez Díaz
