Llama la atención de que ninguna de las dos fuerzas directamente relacionadas a la represión de los delitos en el rio Uruguay, esto es Prefectura Nacional Naval y la Dirección Nacional de Aduanas hayan sido capaces de desbaratar el intento de contrabando que se intentó realizar en Corralito.
En estas columnas hemos expuesto reiteradamente nuestra sorpresa porque precisamente los pocos controles existentes en el lugar (playas de Corralito), fueron cancelados en los últimos años. Nos referimos al destacamento que tenía Prefectura en el lugar y que recordamos muchos años atrás fue eliminado y nunca jamás repuesto y obviamente que Aduanas no controla.
No ignoramos la falta de recursos humanos que tiene tanto la Prefectura Nacional, como la Dirección de Aduanas, según han planteado, pero de todas formas, que sepamos jamás han planteado, al menos públicamente, que sean éstos los motivos para la supresión.
No hay que ser demasiado avispados, ni estar demasiado informados para saber que en las playas de Corralito existe una “tierra de nadie” por donde ingresa y egresa mucha mercadería y hasta personas desde y hacia nuestro país.
Lo que nos llamó la atención en el caso que mencionamos es precisamente que se hubiera capturado a quienes se desplazaban en un vehículo arrendado portando el contrabando. No porque no esté dentro de sus atribuciones, sino porque el hecho da cuenta de un control eficaz, cosa que a nuestro entender no existe desde hace mucho tiempo allí.
No dudamos que si se quisiera evitar el pasaje del que hablamos, seguramente este punto de las costas del río Uruguay debería de ser vigilado permanentemente. Las denuncias públicas hablan de la “liberación” de esta zona incluso a los balazos alertando que quienes permanezcan en la costa deben retirarse del lugar…
El hecho da cuenta a nuestro entender de varios aspectos. El primero de ellos es que el delito también acá se ha “aggiornado”, los contrabandistas no se mueven sus vehículos propios, sino en coches arrendados, porque llegado el caso no se ponen en riesgos los vehículos propios.
Cuando se habla de una lucha frontal contra el delito, ponemos en duda que éste sea el propósito de algunos de los fiscalizadores. Los aspectos que mencionamos son conocidos por todos en Salto. Hemos visto muchos planes “anunciados” a los cuatro vientos, pero es lo que se dice “para la tribuna”, porque luego en los hechos no supone ningún cambio.
No por falta de denuncias precisamente.
A.R.D.