Hace unos días leímos un texto con el que se puede coincidir o no, o coincidir solo en algunas partes. Pero que nos obliga a pensar, de eso no hay dudas. Básicamente hablaba sobre las diferencias entre pobreza y miseria; y en síntesis se planteaba –desconozco el autor- que de la pobreza se sale con sacrificio y voluntad, en cambio la miseria es producto de una actitud de dejadez ante la vida.
Invitaba el texto a recorrer los asentamientos más pobres de una ciudad y comprobar que muy poca gente utiliza la tierra que tiene para plantar verduras o criar gallinas. En cambio, son muchísimos los que tienen los plasmas de última tecnología, las mejores antenas y ni que hablar de los celulares más sofisticados. Decía además, que si esa gente pensara y actuara al revés, y priorizara la plantación y cría de animales en vez de la tecnología como divertimento, podría salir de la pobreza. En cambio si sigue actuando y pensando así, su miseria permanecerá, porque se trata de una cuestión cultural.
No creemos que se pueda generalizar. Estamos seguros que hay gente pobre que se esfuerza, y que a veces, por diferentes situaciones que le toca vivir, no logra salir adelante. Pero también sabemos que el consumismo es terrible. Y que aquel que gana 16.000 pesos, si sigue aspirando siempre a tener lo último y mejor que le ofrezca el mercado en vez de procurar primero lo esencial para vivir, como un techo y un plato de comida, tampoco saldrá adelante si ganara 32.000 o 50.000 pesos. Nunca le alcanzará.
Entonces, capaz que no siempre, no en todos los casos, pero que mucho depende de la actitud que se tenga ante la realidad, también es cierto. De lo contrario será imposible salir de la pobreza, o de la miseria.
