Es uno de los escándalos salteños que ha provocado mas
“ruido”. Sin embargo nos atrevemos a decir que la culpa no es de los delegados de CTM, ni de los ediles, ni de los funcionarios que ingresaron bajo este régimen.
La culpa a nuestro pobre saber y entender es de la ciudadanía, de los votantes de quienes profesan este tipo de cosas. Vale la reiteración, no nos contamos entre quienes defienden esta forma de actuar, entre otras cosas porque es injusto con el pueblo, debido a que no todos tienen las mismas posibilidades.
Las posibilidades de acceder a uno de estos puestos son reservadas para los correligionarios que más se destacan. Ni que hablar que sucede muchas veces que de los altos sueldos que perciben tienen que aportar parte para las campañas del sector. No podemos probarlo, pero sería muy ingenuo pensar lo contrario. ¿Quien se negaría a hacerlo, tras recibir uno de estos altos puestos?
A decir verdad, la cuestión es que la mayoría al menos de los votantes, sufragan por tal o cual sector, ni siquiera por ideologías, sino pensando en que la cercanía a uno de los candidatos puede redundarle en ventajas individuales (un cargo, una exoneración y demás).
El tema es que mientras se siga pensando así, ni siquiera podemos pedir otra cosa y cuando trascienden situaciones como las presentes no tendremos derecho siquiera a escandalizarnos ni a sorprendernos, porque seguramente pensaríamos distinto si los beneficiados fuéramos nosotros.
Esa es la cuestión. Y si dijéramos que nos sorprende la forma en que se ha obrado, estaríamos mintiendo descaradamente. Nadie que haya votado sabiendo que es lo que pensaban sus líderes puede extrañarse.
Cuando escribimos estas líneas aún no se sabía que pasaría en la delegación uruguaya ante la CTM, ni con los delegados, ni con los funcionarios, ni con los ediles, pero en virtud de algunos indicios se supone que difícilmente se acate la decisión del parlamento en toda su dimensión.
Aunque así fuera, debemos recordar que la situación tiene más de tres años. Se hizo a espaldas del pueblo y no se informó a nadie. Esto es al menos lo que sabemos y nadie puede sorprenderse, porque en el reparto no le haya tocado nada.
Los sueldos son escandalosos nada tendríamos para objetar si fueran “normales” en una región donde se gana casi diez veces menos. No compartiríamos, pero lo aceptaríamos porque así lo ha querido la mayoría del pueblo.
A.R.D.
