Eran tantas las quejas de vecinos del barrio Calafí 3 por la inseguridad que viven, que EL PUEBLO decidió llegar hasta allí para realizar una minuciosa recorrida en la que pudo conversar con muchas personas del lugar (y familiares de estas, que se encontraban circunstancialmente allí) de modo de conocer de cerca y con bastante mayor profundidad la situación. Se trata de robos que ocurren a diario dentro incluso de las viviendas con sus moradores presentes, apedreos, arrebatos, rapiñas y más. Algo realmente preocupante es el miedo con que viven estos salteños, personas adultas mayores, ya que se trata de casas construidas (hace algo más de 20 años) por el BPS pensando en la población jubilada, de ahí que muchos las identifican como «las viviendas de los jubilados». Ese miedo se hizo evidente cuando el periodista de EL PUEBLO llegó hasta allí y se notaba una gran desconfianza, claro, «usted disculpe, pero ya no podemos confiar en nadie que venga”, nos decía una señora. Estamos hablando de una zona donde se encuentran muchas de las calles que tienen nuevos nombres: Francisco Planke, Lacy Duarte, Juana Emed, Artigas Milans Martínez, etc. Uno de los problemas, nos contaban y pudimos comprobarlo, es que al final del barrio (hacia el Este) hay verdaderos montes hacia donde huyen los delincuentes en caso de llegar la Policía.
CASOS MÁS GRAVES AÚN…HASTA VIOLACIONES
Hay algunas cosas en especial, dentro de este panorama ya de por sí preocupante, que surgen como más graves. Una es que en muchos casos la gente ya ni siquiera realiza denuncias, ya sea por miedo a represalias (cosa que ha ocurrido) o porque no tiene confianza en que la Policía pueda hacer algo. De hecho, aunque recabamos los datos de las personas con las que pudimos conversar, se nos pidió encarecidamente por parte de ellos mismos no dar a conocer sus nombres. No hay dudas: tienen mucho miedo, viven en un barrio asolado por la delincuencia.
Pero enorme fue la sorpresa cuando más de un vecino confesó a este diario que entre los tantos delitos que viven a diario, sin importar la hora, hay algunos como la violación de una anciana, así como retener atada a otra mujer bastante mayor durante un buen rato debajo de una cama mientras robaban en su casa. Estos casos, nos dijeron, “no se denunciaron nunca”.
UN TESTIMONIO
Fueron muchos los testimonios recabados. coincidencia total en que la situación es “insoportable”, que los delitos pueden ser de noche, de madrugada o a plena luz del día, que todo lo que encuentran al paso les sirve a los delincuentes como elementos de hurto, que los apedreos son constantes y que se necesita presencia policial más constante. Pero transcribimos ahora la conversación con esta vecina:
-Cuéntenos cuál es el problema principal…
Lo que necesitamos es que la Policía esté disponible o que haga recorridas, porque antes hacían. Hace unos cuatro años atrás hacían recorridas. Yo pedí, se habló con el Jefe (de Policía) que estaba y venían. Después habían puesto una empresa privada de seguridad (contratada por el BPS), y también después suspendieron.
-¿Hacen las denuncias ustedes?
Lo que pasa es que tenemos que tomarnos dos ómnibus para llegar a la (Seccional) Cuarta a hacer una denuncia, porque corresponde a esa Seccional. Pero también pasa que en la Seccional Cuarta no tienen móviles ni personal… Por eso tenemos que llamar al 911.
-¿Les han respondido que no tienen recursos para venir?
Sí, sí, nos dicen que no tienen recursos. Pero si ellos vinieran más seguido al menos…
-¿Se han reunido con la Policía?
Sí, y nos dijeron que iban a poner cámaras, pero no…El problema es que los ladrones están todo el tiempo pendientes y atentos a todo.
-A usted concretamente ¿qué le han robado?
Por ejemplo ocho macetas con plantas… Pala, azada, todas las herramientas, tres chapas que había en el fondo…
-Tengo entendido que usted se ha encontrado con los delincuentes acá en su casa…
Justamente fue el que estaba robando las chapas ahí contra la ventana (señala una ventana que da al fondo). Yo cuando lo veo grito: alcáncenme el rifle. Entonces dispararon, se tiraron para allá atrás (alambrado que separa con la vivienda del fondo), uno vi que andaba de remera rayada, llovía torrencial. Eso fue como 11 y 20 de la noche. Más tarde, a las 3 menos 20 de esa noche sentí ruido otra vez, me levanté y andaban otra vez, estaban cortando el tejido para entrar en la casa del vecino, y fue que después le robaron una garrafa de 13, una de 3 y un montón de cosas más, hasta un encendedor… 5 y 20 de la mañana, ya estaba claro, sentí ruido otra vez y cuando salgo veo uno que va saltando por arriba del portón con una tapa de olla en la mano, se ve que se había olvidado de esa tapa y volvió a buscarla.
-¿Tienen sospechas de dónde son estas personas?
Me parece que vienen de todos lados. Yo vivo encerrada. Pero le cuento que hubo un tiempo que andaba más cantidad que venían a pedir, o a ofrecer algo para vender y ahí es cuando observan todo. Había uno que venía y me decía: pero abuela, deme un vasito de agua, un poquito de comida, una fruta, 20 pesos… Había días que le daba, pero cuando empezaron a robar las plantas, decidí no darles más. Un día vino, yo estaba sentada ahí (en el frente de la vivienda) y le dije que no, que se retirara, entonces me insultó, me dijo de todo, y desde ese día empezaron a entrar más a robar.
-Es algo generalizado en todas estas casas, ¿verdad?
Sí, en todas las viviendas. Acá somos gente de 65 años para arriba, hasta más de 90. Le digo más, hay un señor que me enteré el otro día que fue a hacer un mandado al almacén, compró unas cosas, trajo, estaba abriendo la puerta cuando le metieron la mano en el bolsillo y le sacaron la plata.
-O sea que hay arrebatos en la calle también…
Ah sí, sí, de todo. Acá hubo un señor que por la diabetes había quedado ciego y cuando él compraba cosas en el almacén, venían y se las robaban, le robaban todo. Una vez, de noche notó que andaba gente adentro de la casa, él no veía nada pero con el bastón salió igual a pegar… Horrible.
-Otra señora nos decía que hay apedreos además…
Sí, apedreos también. Acá en la esquina hay un señor de 90 años que una vez le quisieron entrar a robar, entonces llamó a la Policía, pero los ladrones escucharon que él llamaba y se fueron. Al rato volvieron y le apedrearon la vivienda, le rompieron todos los vidrios y además le robaron la garrafa y varias cosas más. Es decir, ellos se van cuando viene la Policía pero después vuelven.
-En conclusión, ustedes piden más presencia policial…
Exacto. Yo les he dado a los policías de Investigación todos los datos de las personas que he visto, que vienen del Andresito, del Caballero, de La Amarilla y de todos lados, y nada… Son jóvenes que vienen y te dicen: abuela, una botellita de agua por favor, pero cuando te das vuelta para ir por el agua se te meten a la casa y te roban todo.
-¿Todos varones y gente joven?
Sí, incluso ahora anda también una mujer joven.
