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viernes, 14 de marzo de 2025
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La mesa está servida, una silla vacía y un brindis por todos aquellos que trabajan, mientas la mayoría festeja

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Liliana Castro Automóviles
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La mesa está servida, todos alrededor de ella, suenan las 12 campanadas y el brindis por un año mejor, una silla y una copa vacía, por aquel padre, hijo, esposo, esposa, madre, hija, amiga., familiar o amigo está ausente, cumpliendo con el deber del trabajo.
Policías, bomberos, trabajadores de la salud, taxistas, serenos, trabajadores de empresas de servicios que cubren las 24 horas del día, todo el año
Muchos hombres y mujeres dando un tiempo de trabajo para que los demás festejan mientras, ellos, realizan actividades importantes pero que en estas fechas se agranda la necesidad de servicio.

Hay que tomar conciencia que si se va a tomar, que no maneje”

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Marcha por la Vida - Viernes 28 de marzo, 19:15hs

Miguel da Costa, Jefe del Cuerpo Inspectivo de la Intendencia de Salto

EL PUEBLO dialogó con Miguel da Costa, Jefe del Cuerpo Inspectivo de la Intendencia de Salto, sobre el particular trabajo que se realiza con los operativos que se desarrollan durante las noches de las tradicionales fiestas, tomando en cuenta un fin de año bastante particular para el Cuerpo Inspectivo teniendo a una de sus integrantes internada en estado delicado luego de las lesiones sufridas en un operativo de tránsito días pasados.

– Se trabaja todo el año con distintos operativos pero en estas tradicionales fiestas se intensifica el esfuerzo, ¿cómo se organizan para estos días?

– Justamente, al intensificarse el trabajo y al tomar en cuenta que a partir de hoy se trabajará de la misma forma que tuvimos para navidad, tratamos de trabajar con todo el equipo, la gran cantidad de funcionarios que podamos disponer para este momento. Sin duda que se arman puestos de controles a medida que la noche se vaya moviendo y cómo se vaya desarrollando. Se realizan controles y luego vamos viendo cómo lo vamos trabajando.

– ¿Cuánta gente trabaja en el área de Tránsito de la Intendencia en estas fechas?

– De la Intendencia estamos hablando de unos veinte funcionarios en total, después tenemos todo el apoyo de las demás instituciones que llegamos a ser alrededor de 150 funcionarios.

– ¿Cómo se organizan, unos trabajan en navidad y otros en año nuevo, se van turnando?

– Tratamos que el Cuerpo Inspectivo trabaje la gran mayoría o en una fiesta o en la otra, pero generalmente trabajan en las dos fiestas.

– ¿Se los compensa de alguna manera ya que trabajan en ambas fiestas?

– Claro, porque es un día con horas extras.

– ¿Cuáles son las expectativas de la cantidad de gente que estará circulando en el tránsito a partir de esta medianoche?

– Teníamos una expectativa capaz que un poco mayor para el 25 de diciembre, en donde por suerte no hubo lesionados graves y ningún accidente de tránsito. Tuvimos un número de espirometrías bastante elevado, pero por lo menos la gente que ha pasado por el puesto de control, la que ha sido toda fiscalizada, hemos tenido resultado cero, que eso para nosotros es importante ese número porque quiere decir que hay gente que está tomando conciencia de la gravedad de lo que es conducir bajo los efectos del alcohol. Entonces, para nosotros es un número importante ese cero, o sea, que no haya espirometrías positivas es importante. Pero a ver, no somos ajenos a la realidad, sabemos que sigue habiendo gente que conduce, lamentablemente, con alcohol en sangre, pero en esa campaña estamos trabajando para seguir minimizando esos riesgos. Es un trabajo continuo del Cuerpo Inspectivo.

Las expectativas que tenemos para el 1° de enero sin duda que son las mismas, y viendo si la movilidad va a ser mayor, que creemos que sí al ser diferente. Cada fiesta tiene su particularidad, el 25 de diciembre es más familiar comparado con el 1° de enero, donde uno sale a festejar y a recibir el nuevo año de manera distinta, con alegría saliendo del hogar para encontrarse con los amigos. Pero también tenemos lo otro, que hay mucha gente que sale de vacaciones, entonces eso a veces también juega un rol fundamental porque, o te baja la movilidad bastante o la incrementa. Entonces, nosotros siempre estamos atentos al posible incremento de la movilidad, por eso armamos los operativos de esa manera.

– Y en estas fiestas, ¿particularmente viviendo un tiempo complejo con una compañera de ustedes estando internada en Montevideo en estado delicado debido a las lesiones producidas en un operativo?

– Así es, lamentablemente eso ocurrió el fin de semana anterior a las fiestas, lo que nos llevó a poner a consideración el tema y tratar primeramente de ver qué es lo que nosotros podíamos estar fallando, y si así fuera, tratar de corregirlo para minimizar los riesgos que conllevan más que nada los operativos nocturnos. Trabajamos en eso, algo que justamente se vio reflejado porque coincidía que teníamos por delante el fin de semana del 25 de diciembre y del 1° de enero. Trabajamos en eso con el Cuerpo Inspectivo para seguir minimizando esos riesgos, lo que llevó a que en navidad se instalaran puestos con mayor señalización y con más apoyo policial.

– ¿Qué mensaje puede transmitir a los salteños pensando en lo que seguramente ocurra a la noche?

– En primera instancia, que designen a un conductor responsable para que conduzca el vehículo, o que se mueva en los taxis. También se ve que hay mucha gente que se traslada caminando. Así que, por sobre todas las cosas, que se tome conciencia que si va a tomar, no maneje.

“Soy bombero de alma, y no debe haber cosa más linda que estar
de guardia en una de las fiestas”

Sub Oficial Mayor Matías Alsua, Jefe Departamental de Bomberos de Salto

¿Cómo viven y conviven estas tradicionales fiestas de navidad y año nuevo aquellas personas que deben estar de guardia porque de acuerdo a la reacción que se tenga ante un llamado de emergencia, puede depender la vida de una persona? Es lo que conversamos con el Señor Jefe del Destacamento Departamental de Bomberos de Salto, Sub Oficial Mayor Matías Alsua.

  • ¿Cómo se organizan para poder pasar las tradiciona-les fiestas?
  • En el Destacamento de Salto utilizamos un método de que a cada bombero, a cada funcionario le toque una fiesta. O sea, a una tanda le toca el 24, a otros les toca el 25, a otros les toca el 31 y a otra tanda le toca el 1° de enero. Cada uno pasa una fiesta de guardia. Me refiero a fiesta porque nosotros decimos la noche del 24 y la no-che del 31, pero el mediodía del 25 y el mediodía del 1°de enero es muy importante que los funcionarios tam-bién puedan estar en su casa con su familia. Entonces, la división la hacemos así, como le comentaba.
  • ¿Cómo es pasar una de esas noches de guardia?
  • En lo que a mí me corresponde, a mí me encanta, pero es muy personal esa respuesta que te estoy dando. Le preguntas a una persona que es muy fanática de lo que hace, me gusta mucho mi profesión, soy bombero de alma, y no debe haber cosa más linda que estar de guardia en una de las fiestas. No lo digo irónicamente, sino que lo afirmo porque compartir ese tiempo con los compañeros de trabajo es lindo, ni qué hablar que estar con la familia también, pero tiene su encanto, tiene sus momentos emotivos que son lindos de compartir porque después que uno cumple el ciclo siendo bombero, esas fechas que uno las pasa de guardia se quedan en la me-moria. Entonces hay que disfrutarlas. Soy un apasionado de disfrutar cada minuto y cada cosa que me pasa.
  • Por otro lado, son noches y días que se trabaja capaz que un poquito más de lo normal, hay intervenciones, por increíble que parezca. Ahora con esto de que hay más control respecto a la pirotecnia, se trabaja un poquito menos que antes, pero no dejan de ser días que hayan intervenciones. Aquella cañita voladora que cayó en un terreno o en un techo siempre termina complicando, y si hacemos memoria y vamos a las estadísticas, uno de los incendios más importante que ha habido en estos últi-mos tiempos siempre han sido o la noche del 24 o del 31 de diciembre.
  • ¿Y cómo se festejan estas fechas dentro del Destaca-mento llegada la hora de los brindis?
  • La guardia que se encuentra de guardia, obviamente que siempre hay un asadito de por medio, no hay be-bidas alcohólicas por obvias razones. Cada uno lleva algo, un poquito de su casa, alguna picada, algunos tu-rrones, postres. Se trata, en lo posible, de pasar con la familia bomberil en la mejor sintonía, y ya que estamos de guardia, volcar la mejor onda como para poder pa-sarla lo mejor posible.
  • Supongo que luego de tantas guardias en todos es-tos años quedarán anécdotas de estas noches tan par-ticulares.
  • Sí, por supuesto. Son casi veinticuatro años de guardia y todos los años me ha tocado una fiesta. En la época de Montevideo, cuando estaba de guardia recuerdo a la alarma sonando permanentemente, y el hecho que pa-sábamos un 24 de diciembre desde la cinco de la tarde hasta la diez de la mañana del 25 de diciembre, estuvi-mos arriba de un camión apagando diferentes tipos de incendios, y a la fiesta la pasamos arriba de ese camión comiendo un pan dulce que un vecino nos arrimó, re-cuerdo. Son hechos que a mí me gustan.
  • Aprovechando que estamos a horas del cambio de año
  • qué deseos para el año que viene puede transmitir a los salteños?
  • Bueno, el mejor de los deseos, que cada uno pueda cumplir sus sueños, los anhelos, las metas. Los cuida-dos que hay que tener, cuidarse, cuidar al que está al lado, y mis mayores deseos de felicidad para el pueblo salteño en general.

La enfermera Analía Silva cuenta una historia emocionante de un 31 de diciembre

Bastaron tres o cuatro preguntas nada más para que la enfermera Analía Silva comenzara a hablar sobre diferentes aspectos de su profesión y lo que ha sido trabajar un 24 o un 31 de diciembre de noche. Se recibió de enfermera en 1996, en Montevideo. Cuenta que desde esa fecha ha pasado muchísimas vísperas de Año Nuevo y Navidad lejos de su familia. Es más, “a veces decía que llegaba antes de las 12 pero pasaba algo con el paciente y tenía que llamar y decir que ya no me esperaran para el brindis, que no llegaba”.
Analía trabaja más específicamente con pacientes con Alzheimer y en determinado momento recuerda una anécdota muy especial y muy cargada de emociones, que relata de esta manera:

“Casi todo lo que hace el personal de la sa-lud es por vocación, vocación por ver el pa-ciente bien y saber que tu familia está bien en la casa. Hay una fecha muy especial en la que yo recuerdo a una familia muy espe-cial. Me marcó para siempre, en el trabajo y en mi corazón. Yo tenía un paciente muy particular al que le estaba haciendo reha-bilitación de Alzheimer, en una etapa en la que no se cree ya que haya rehabilitación, en que se aislan de todo, no reconocen fa-miliares… Para mí fue un desafío.
Cuando llegué a ese hogar, lo miré, miré a la familia con rostros cansados, como ya no sabiendo qué hacer. En ese hogar me contrataron para trabajar, empecé de a poquito y sentía que él captaba todo lo que le decía. Y como estaba en esa eta-pa en la que parecía un niño, era como si todo lo aprendiera de nuevo. Una de las cosas que me pidió su esposa fue que querían pasar ese 31 de noche como fa-milia, porque capaz era la última, que-rían pasar como lo hacían antes, con sus hijos, con sus nietos… Cuando me hace ese pedido, trabajamos todo el mes de

diciembre para que él aprendiera que era una fecha en la que cambiamos de año. Eso le estaba enseñando durante el mes, que un día íbamos a decirnos “Feliz año nuevo” y que iba a haber una reunión fa-miliar, y que él también tenía que decir “Feliz año nuevo”. Iba a ser todo un logro para ese paciente. Fueron pasando los días y él iba asimilando que tal día iba a ver a mucha gente en la casa y que eso no lo iba a alterar, que simplemente iba a desear un feliz año.
El segundo pedido de la señora fue que me quedara con ellos esa noche. Mi hijo tenía 8 años en ese momento y siempre le gusta-ron las fiestas, el brindis de las 12, la tradición de las uvas… En ese momento yo tuve que optar entre ese paciente que podía ser su último año y mi hijo.
Ese día el paciente se empezó a vestir con su mejor ropa, yo siempre ahí, recordándole que iba a esperar y celebrar junto a la familia el año nuevo, que iba a comer en la mesa con todos sus familiares y que iba a ser todo una fiesta. De

a ratos él me decía “¿Qué estoy haciendo acá?” Entonces yo le mostraba los nie-tos, lo abrazaban, a algunos recordaba y a otros no. Pero lo más triste es que él en ese momento no recordaba a su es-posa… (Analía se emociona, lagrimea)… No recordaba a esa persona que en ese momento estaba haciendo todo para que sus hijos y sus nietos pudieran mantener un recuerdo positivo de su esposo.
Luego cenaron; yo de a ratos llamaba a mi hijo. Llegaron las 12 y le dije: “Ahora sí llegó el año nuevo, por eso todos lo van a salu-dar”. Lo hacía para que él pudiera enfocar-se y ser partícipe. La primera que se acerca es la esposa, a darle ese beso cargado de afecto, de amor, y él le puso las manos sobre los hombros y le dijo: “Feliz Año Nuevo, mi amor”. Eso significó las lágrimas de todos. Y la alegría a la vez.
Terminé mi horario en la madrugada, me fui a casa, me di una ducha y me fui al dormitorio de mi hijo a decirle a él “Feliz año nuevo”. Yo estaba con el corazón y el alma satisfecha, le había dado a

esa familia un comienzo de año diferente. Sigo pensando que no me equivoqué en dedicarme a los pacientes con Alzheimer, en lograr que los familiares digan: “me reconoció”. Fue y es difícil, pero trae mucha gratificación al alma. Esa señora necesitaba el beso consciente de su esposo, mi paciente. Cinco meses después, él se apagó, falleció”.
Luego del relato, dijo Analía: “Solo me gustaría agregar el saludo de mucha alegría para este 2024 para todos los lecto-res del diario y para todo el personal del Diario El Pueblo, que la alegría los sor-prenda a todos en este 2024”.

Alberto Brizuela, taximetrista: “Son fechas en las cuales es difícil pasar lejos de la familia, pero en nuestro rubro lo tenemos asumido”

Ya lo hemos entrevistado en otras ocasiones pero con otros temas, como el de los “taxis truchos”. Esta vez lo hicimos simplemente en su rol de taxista (populares “tacheros” como le llaman algunos) con vasta experiencia en trabajar tanto en vísperas de Navidad como de Año Nuevo.

“Mi nombre es Alberto Brizuela, soy taxista desde hace unos nueve años aproximadamente. Empecé como empleado y hoy soy permisario, o sea que manejo mi propio taxi. Además soy integrante de la comisión del Centro Unión Taximetristas de Salto”, así comienza presentándose Alberto.

-Tengo entendido que ha trabajado en Nochebuena y a fin de año, ¿cómo es la movida esas noches?

Sí, sí, tanto los 24 como los 31 de diciembre por lo general me ha tocado trabajar. Hay veces que se trabaja una de las dos fechas, pero este año por ejemplo trabajé el 24 y pienso trabajar ahora el 31 también, en las dos fechas. La movida en esas noches es muy buena para el taxi. Si comparo las dos, diría que se mueve más en la madrugada del 25 de diciembre que en la del 1° de enero. Creo que eso tiene que ver con que Navidad es una noche más de la familia, entonces se mueve más gente de mayor edad, más allá que también hay gente joven que se mueve por supuesto.

-¿Cómo se vive eso de pasar lejos del hogar, de la familia…?

Son fechas en las cuales es difícil pasar lejos de la familia, pero en nuestro rubro lo tenemos asumido que ese es nuestro trabajo y el servicio que tenemos que brindar, así que sabemos que llegan estas fechas y hay que trabajar, es lo nuestro.

-¿Algunas anécdotas sobre estas fechas?

Hay muchas anécdotas… Se ven y se escuchan muchas cosas dentro del taxi, pero los que entendemos lo que es el servicio que brindamos y respetamos ese servicio, sabemos que lo que pasa en el taxi queda ahí en el taxi.

-Hay quienes dicen que la gente está como más amable con el trabajador esos días, ¿es así?

Sí, la gente se muestra más amable, más cordial y más sensible también. Sobre todo el 25 de diciembre. Ojalá fuéramos así todo el año.

-El tránsito es algo importante en estas noches. Como profesional del volante que es, ¿qué le diría a la gente?

Desde nuestro humilde rol de transportista le pedimos a todas las personas que salgan en estas fechas, que si manejan no tomen. Y a los demás, que presten especial atención en el tránsito, que traten de aplicar siempre lo que es el manejo defensivo, que es lo que permite visualizar y tener mayor precaución ante el manejo del otro vehículo. A la sociedad que vaya a usar taxi, le pedimos que utilice un taxi oficial, no otro.

-¿Cómo identificamos el taxi “oficial”?

Taxi blanco, con franjas de color naranja en los laterales… Es el único autorizado a transportar gente, es el que está identificado, es el que brinda un servicio responsable y seguro. Y por supuesto que como mensaje final, les deseamos a todos un muy buen año 2024 y muchas felicidades de parte de todos los taxistas.

-Ya que habló de “taxis oficiales”, ¿se ven muchos “taxis truchos” trabajando esas noches?

Sí, trabajan como si nada, sin control ninguno. Se ven hasta camionetas haciendo de taxi.

-¿Cómo es el tema seguridad; no hablo del tránsito sino de posibles delitos por ejemplo, al ser noches diferentes?

El tema seguridad es impredecible, pienso que es según donde te metas también.

-Le decía por ejemplo porque se ve mucha gente alcoholizada…

Y nosotros. por reglamento, no tenemos obligación de cargar gente alcoholizada.

Luis Marcelo Da Rosa, pistero en estación de servicio:

Es lindo… Lo malo es pasar lejos de la familia, pero bueno, es trabajo, o sea algo bueno”

Hasta hace algún tiempo, eran pocas las estaciones de servicio en Salto que trabajaban en Nochebuena y víspera de Año Nuevo. Ahora son menos aún. En Garage Uruguay, se nos dijo que “creemos que en este momento somos los únicos”.

Hasta allí llegó EL PUEBLO con el propósito de conversar con un pistero que tuviera experiencia en trabajar en estas fechas; “vio que son todos jovencitos ahora los que están trabajando, la mayoría se jubiló”, nos dijo la funcionaria que estaba al frente del minimarket, pero nos indicó hablar “con aquel pistero que está allá, que es el encargado y ha trabajado en unas cuantas de esas noches”. Se refería a Luis Marcelo Da Rosa.

Encontramos en él un hombre de pocas palabras, aunque muy cordial y muy atento a no descuidar ningún detalle de su trabajo, que en ese momento era mucho y muy variado. Contó Da Rosa que se desempeña como pistero de esa empresa desde el año 1987, “la verdad que es bastante, fíjese que son más de treinta años”, comentó.

Enseguida, ante la consulta de lo que significa trabajar un 24 o un 31 de diciembre en la noche y madrugada expresó: “Es lindo… Lo malo es pasar lejos de la familia, pero bueno, es trabajo. Yo digo que es bravo, pero es trabajo, o sea que es algo bueno, y la gente lo entiende y en general es amable, la gente es más cordial. Incluso viene gente muy divertida, en ese sentido todo bien, gracias a Dios”.

Cuando se le pregunta por algunas anécdotas de esas fechas tan especiales, tan marcadas, dice inmediatamente que las que suceden son “todas cosas buenas”. Pero es sabido que son noches en que mucha gente anda alcoholizada, o nerviosa, o muy sensible, entonces reflexiona el entrevistado: “pero las anécdotas no son malas, son todas buenas, son de alegría, de buen ánimo en la gente, de desearnos una Feliz Navidad o un Feliz Año Nuevo entre unos y otros. Te digo más, ha pasado que hay gente que viene al otro día y te dice: Mirá, disculpame, creo que me desubiqué anoche, yo sé que estabas trabajando, por eso te pido disculpas. Eso es lo bueno. Lo que pasa que la gente anda medio como loca esos días y entonces se apura, se mete uno con el vehículo adelante del otro, y surgen discusiones de ese tipo, y uno siempre está en el medio y a veces no sabés a quién atender primero porque no ves bien quién llegó antes (risas), pero son cosas que pasan”. Luis Marcelo le resta trascendencia a ese tipo de episodios: “siempre hay algún problema pero muy poca cosa, problemas chiquitos, alguna discusión chiquita, cosas que para nada pasan a mayores. Antes era mucho peor lo del alcohol, pero ahora en ese sentido está más tranquilo, incluso te digo que no se ve tanta gente alcoholizada. Y esos pequeños problemas se dan, como te decía recién, porque generalmente son fechas en que la gente anda apurada, a lo loco, pero más de eso no pasa”.

Por otra parte, dice que la mayoría que llega al comercio esas noches “no es tanto por combustible sino por artículos del minimarket, como el hielo, las cervezas, los refrescos…”.

Finalmente, y mientras no deja de atender a uno y otro cliente que llega, cuenta que “a mí siempre me tocó trabajar estas fechas, y la verdad es que a esta altura ya no me afecta para nada, sabés que es un trabajo con el que tenés que cumplir y listo. Muchas veces me ha tocado trabajar las dos fechas, 24 y 31 de noche, o al otro día, 25 de diciembre y 1° de enero. Pero bueno, hay que trabajar y se trabaja sin problema, todos los gurises trabajan bien acá, no se puede dar mucho libre porque si no, nos quedamos sin gente. Esas noches (24 y 31) somos cuatro personas trabajando al firme acá”.

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