Edición Año XVI N° 846, lunes 29 de enero de 2024
CÍCLICO. Y finalmente también volvió el carnaval. Como cada año todo vuelve a repetirse de manera casi cíclica. También sabemos que luego llegará marzo con el comienzo de las clases y a los pocos días todo volverá a suspenderse porque volverá también la semana de turismo o semana de la Vuelta Ciclista del Uruguay o de las domas en el Prado o la Semana Santa. Con enero también volvieron los desfiles de carnaval (sic).
Aún recuerdo cuando el primer desfile se realizaba en el mes de febrero, pero parece que últimamente todos andan apurados para que las cosas pasen ya. La cosa que también ya está terminando el mes que muchos definen como el más largo del año, no por este 2024, siempre. Ahora comienza una temporada de vacas flacas porque hay que comenzar a pagar las deudas generadas con las compras realizadas en las tradicionales fiestas, o por algunos días que pudimos habernos tomado en otro lugar, porque en definitiva, todo genera gastos.
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CARNAVAL. La cuestión es que ya pasó el primer desfile de carnaval por calle Uruguay, y un par de días antes pasó lo mismo en Montevideo, que parece que están más apurados que nosotros en festejar la fiesta de Dios Momo y los 300 años de la metrópolis. El sábado a la noche durante la muy buena transmisión televisiva del desfile con la buena conducción de Florencia Presentado y Martín Barreto, nos enterábamos de la extensa agenda de desfiles en los barrios que habrá de aquí en más.
Pero la cuestión es que todos los ojos estaban en los detalles, para ver si realmente se extrañaría o no la mano y la gestión en el carnaval naranja de Víctor Hugo Solís. Y más allá de algunos detalles que siempre hay que pulir, quedó claro que quienes estuvieron a cargo en esta oportunidad en la organización del desfile, demostraron que hicieron bien los deberes observando detenidamente el trabajo del popular comunicador radial y televisivo en el carnaval pasado, copiando todo, algo que no está mal porque demuestran así que están aprendiendo a hacer bien las cosas. De última, ganamos todos.
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DOLOR. Ver las terribles imágenes del accidente carretero de una familia salteña estremece. Llena de impotencia cuando conoce detalles de lo que pasó, y cuando se entera de la forma en la que falleció una jovencita, duele hasta las lágrimas. Nadie merece morir, pero menos de esa manera.
Pero la vida continúa, y debemos apoyar como sociedad a esta familia que la sigue luchando con las heridas que quedaron en el cuerpo y en el corazón.
Hasta donde hemos podido saber, esta familia está conectada con Ceibal, institución deportiva que ha tomado la iniciativa de ayudar de alguna forma a esta familia porque los tiempos que vienen por delante hace avizorar que se tratará de una larga y costosa (económicamente, además) recuperación, por lo que es casi seguro que se apele a la sensibilidad y solidaridad del pueblo salteño una vez más. Ahí deberemos estar todos, apoyando y colaborando de la manera que podamos. Todo sumará y será de utilidad.
Hasta la semana que viene…
