Además, con el cierre del Zoo las ventas son mínimas
Es penosa la situación que viven Catalina, María y Nilza, las tres comerciantes que poseen pequeños quioscos en el predio de ingreso al Parque Harriague. Por un lado, el cierre del Zoológico Municipal, evidentemente hizo que la circulación de personas por el lugar, y por ende sus ventas, haya disminuido considerablemente. Pero además, los permanentes robos que vienen sufriendo en horas de la noche, sumado a que las condiciones del espacio no son las más adecuadas, son cosas que parecen empujarla a terminar con algo que, sin embargo, necesitan imperiosamente como fuente de ingreso familiar.
Además, entienden que el servicio que ofrecen es un gran beneficio para el público.
Por ello es que intentan levantar su voz en procura de soluciones tanto de parte de la Policía como de la Intendencia.
Hace unos dos años atrás, esos quioscos habían sido literalmente saqueados, situación de la que EL PUEBLO se hizo eco en su momento.
A eso siguió un tiempo en que la Policía pasaba muy seguido, tanto de día como de noche, y entonces la situación se normalizó.
Pero, según explican las comerciantes, tres mujeres que hace entre 20 y 30 años que trabajan allí, ese patrullaje ya no se ve, «y entonces empezaron de nuevo a romper las paredes, que ya tienen sus años y son de madera compensada; y se roban la poca mercadería que tenemos, jugos y algunas golosinas.
También robaron una jarra eléctrica, sillas plegables, y casi roban una heladera, por suerte los vecinos alertaron a tiempo a la Policía cuando ya la habían cargado en un carro. Nuestras denuncias no tienen respuesta; nunca se logra saber quién o quiénes vandalizan».
En diálogo con EL PUEBLO, Nilza González, de 72 años de edad y con unos 30 años de venta en el lugar, comentó que «están robando casi todas las noches acá en los quioscos y la verdad que no se ve mucho la Policía; dejás una olla y te la llevan, dejás un tenedor y te lo llevan, y además rompen las cosas. En este momento somos tres nomás los quioscos que estamos trabajando, porque de los demás, algunos pusieron comercios en sus casas y no necesitan trabajar acá, y tres que tienen quioscos ahora están trabajando con artesanías en las Termas del Daymán, están trabajando bien y tampoco necesitan estar acá, y hay un señor que compró una conducción y se dedica a hacer fletes. O sea que las personas que estamos precisando trabajar somos tres». Consultada sobre cuáles son las mejoras que reclaman, aparte de más frecuente patrullaje, dijo «por ejemplo que pongan un baño; la gente pide un baño y no hay, antes había adentro del Zoológico, pero eso ahora está clausurado; hay personas que van a los aparatos (juegos saludables) a hacer ejercicio, quedan con sed y como no hay canilla afuera, tampoco hay agua, y el Zoológico tiene el cartel de prohibido entrar. Es decir que la gente pasa sed, ganas de ir al baño, eso es muy feo».
En cuanto a la situación actual de las ventas, señaló que «se está trabajando muy mal, no se trabaja nada…A veces hacemos 10 pesos, a veces 50 pesos, con suerte hacemos 100 pesos y bueno…con eso hay que vivir, así es la cosa».
