Que el trabajo es uno de los problemas más importantes que ha generado la pandemia actual no debe ignorarse.
Que todo gobernante sensible con su pueblo esté interesado en aportar soluciones válidas para paliar este problema tampoco.
De allí partimos y entendemos de las manifestaciones del Intendente de Salto, Andrés Lima que se muestra dispuesto a fomentar la construcción de dos barrios residenciales, aún con la oposición de su partido, convencido que esto significará trabajo para muchos salteños durante mucho tiempo.
Claro está que no sólo su partido, el Frente Amplio ve con malos ojos estos proyectos, porque también la Universidad de la República se ha pronunciado en contra de estos barrios residenciales, debido a que considera que fomenta la “brecha” entre ricos y pobres.
Pero por nuestra parte consideramos que tampoco es conveniente promover este tipo de iniciativas, porque de acuerdo a lo trascendido estos barrios residenciales se ubicarían en el camino a Salto Grande y entre “La Gaviota” y termas del Daymán.
Esto es lo preocupante, no sólo la existencia de estos barrios privados, sino el temor de que vayamos a matar la gallina de los huevos de oro, vale decir el turismo por el que tanto se ha luchado en Salto.
El hecho es que hasta el momento el plan director de Salto, considera estos dos lugares como zonas de chacras y por lo tanto no admite fraccionamientos menores a las 5 has. De prosperar el proyecto de Lima, el dueño de las tierras estaría habilitado a fraccionar lotes menores. Esto es a fraccionar y vender cada terreno, con lo que se extendería la ciudad en estas direcciones.
Quizás sería cuestión entonces de habilitar en algún momento la discusión honesta y profunda (sin intereses puntuales) para sopesar ventajas y desventajas de estos proyectos. No dudamos que el Intendente alienta las mejores condiciones para los salteños, pero no será así mientras no se entienda que no se trata sólo de salvar a unos cuantos, sino que se trata de crear condiciones favorables para todos.
Esto es lograr el mayor beneficio posible sin afectar a nadie o a los menos posible. La vivienda es uno de los problemas más acuciantes de los salteños y el trabajo también, pero esto no justifica que cualquier salida vale, sobre todo cuando se hace en perjuicio de otros.
Así pienso yo, al menos.
A.R.D.