Lo que no debió ni debe suprimirse jamás.
La ley fue hecha para respetarse y cumplirse por parte de todos los uruguayos.

Nadie debe considerarse más allá de la ley. Porque la voluntad popular es el mandato de toda democracia.
Los atropellos, las violaciones, las torturas tarde o temprano deberán ser sometidas a la ley.
Mañana se recuerda la noche triste del 27 de junio de 1973, en que un puñado de militares y sus amigotes se consideraron “iluminados” y disolvieron el parlamento, interrumpiendo los años de democracia que ostentaba el Uruguay.
Por las futuras generaciones.
Por lo niños y jóvenes actuales, nunca más dictadura.
Que sean capaces de someter ante la ley a todos los violadores de la misma.
La noche triste del 27 de junio de 1973 “Nunca más”.
Alberto Rodríguez Díaz