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viernes, 7 de marzo de 2025
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No es un hecho positivo para nadie

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No se trata ni de minimizar ni de exagerar, pero mucho nos tememos que la comprobación por parte de la Justicia del funcionamiento de una organización delictiva funcionando en la propia Casa de Gobierno no es bueno para el país.
Mucho menos que esta fuera liderada por el propio Jefe de la Guardia Presidencial.
Tampoco que el lugar de reuniones del grupo funcionara en un escritorio de Casa de Gobierno o el Palacio Presidencial.
Se ha dicho que con las medidas adoptadas rápidamente por el gobierno nacional, la cuestión fortalece el sistema democrático del país. No es lo que pensamos ¿Qué pasa entonces con el sistema de elección de los candidatos a los principales cargos de confianza? ¿Cuándo terminaremos de admitir que la confianza tiene límites y jamás debe sustituir a los controles que se determinan?
¿Cuándo terminaremos de asumir realmente que el Uruguay no es una isla. No está aislada del resto del mundo y por lo tanto está sujeta a sus mismos vicios, como la corrupción, las estafas. Tentado por “don dinero”, como el resto.
Para que se nos entienda. Lo que ha pasado es grave. La reacción del Presidente ha sido acorde a la magnitud del problema. Estamos de acuerdo, hizo lo que se debió hacer al inicio del gobierno, antes de las designaciones mismo.
Al momento de escribir estas líneas ya van varios involucrados, Cosa que se sabía desde hace mucho tiempo, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver. La “reparación” inoportuna del ahora destituido Jefe de Identificación Criminal (cargo que ignorábamos que existiera).
La “desaparición” de algunos antecedentes; la situación jurídica. Un escribano denunciado porque aparentemente se le había retirado el título. Todo enredado y confuso, aunque la Justicia debe de investigar y rascar hasta el hueso.
No creemos que el Presidente de la República estuviera al tanto de esta situación, aunque ello no significa que los eximamos de responsabilidad.
No se trata de una función más, sino del cargo máximo a la hora de defender la propia vida del presidente. Pero una cosa es innegable. No se puede decir sin quedar “pegado”, que esta persona era “profesionalmente intachable”, cuando ya estaba detenido por orden de la Justicia,
Esperemos que la Justicia obre haciendo gala de aquello tan discutido de que ”todos somos iguales ante la ley”.
A.R.D.

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