Ex futbolista tricolor llegó a la
selección salteña a los 17 años
– “Dios ha sido muy generosos conmigo y
me ha dado una hermosa familia”.
– “La formación salesiana fue la que me dio
la base de todo”.
La peculiaridad de nacionalidades de su familia: un hijo español, dos hijas mellizas mexicanas.
La peculiaridad de “nacionalidades” que se dan en su familia, es la mejor tarjeta para documentar que este salteño, que emigró hace varias décadas, llegó primero a Montevideo y después a Europa y otros lugares del mundo, gracias a la habilidad con la pelota de fútbol. El “Ajo”, Gerolami, destacó muy temprano en el Nacional de sus amores. A los 17 años se integró a la selección salteña y pasó poco tiempo para que fuera llevado a probarse a Nacional de Montevideo, donde inició su carrera profesional.
Oriundo de Salto, se casó con una montevideana y han tenido tres hijos, uno español y dos mellizas mexicanas.
Eduardo Gerolami (57), ex futbolista profesional, lleva treinta y cinco años de casado, tiene un hijo abogado que nació en España y dos hijas mellizas de nacionalidad mexicana.
Una de ellas es Contadora del BROU, en Montevideo y la otra tiene un destacado desempeño laboral.
“Dios ha sido muy generoso conmigo y me ha dado una hermosa familia”, nos dijo.
Futbolista profesional que surgió en Nacional de Salto en el año 70 recuerda que con dieciocho años apenas en poco tiempo pasó al plantel de tercera y primera y en 1972 comenzó con sus giras y jugó algunos partidos en las ligas uruguayas.
Un año después – recuerda – estuvo integrando el plantel de Wanderers a raíz de un contacto salteño, en aquella época. “En ese momento lo insulté pero luego le agradecí toda la vida porque me fue muy bien y conformamos un excelente grupo en Wanderers” – manifestó.
Posteriormente retornó a Nacional en 1974, donde participó de ochenta partidos.
A mediados del 75 se fue a Europa al Recreativo Huelva, donde permaneció tres años y el equipo tuvo la suerte de destacarse como campeón, ascendiendo a la Primera División.
Recuerda que luego integró el equipo de Sevilla y de allí su vida deportiva prosiguió en México.
“Fue donde me rompí el tendón de Aquiles, y tuve que volver. Esto coincidió con una devaluación que era algo común en esas épocas y se sumaron motivos familiares para el regreso.
A raíz de ello me instalé nuevamente en Montevideo” – relató.
Hizo un segundo intento en Wanderers, pero la afección del tendón empeoró y no le fue posible continuar su carrera deportiva.
……………..
La infancia en su Salto Natal y su ida a Montevideo
Se crió en el barrio del Cerro y concurría a entrenar en el Club Nacional.
Participó en el baby Fútbol y practicaba en un campito de la zona.
“En esa época Nacional hizo un campeonato al que se sumó mucha gente y salimos campeones, rememora “Ajo”.
Fue así que comenzamos a ser más conocidos y a jugar en Cuarta División” – subrayó, haciendo gala de los buenos recuerdos.
– ¿Cómo surgió la posibilidad de ir a Montevideo a jugar en Nacional?
– “Sinceramente no recuerdo muy bien. Sé que un buen día me dijeron que iba a hacer una prueba en Nacional de Montevideo.
Creo que fue a través de un “cónsul” que tenía Nacional en Salto y me acuerdo de integrar la selección de Salto con diecisiete años y participé del Campeonato de Litoral.
En ese entonces jugaba de lateral izquierdo, porque marcando me defendía. Ya luego jugué de zaguero, muchas veces marcando como se marcaba antes en Europa.
– ¿Qué futbolistas y personas en los equipos de Nacional que defendió?
– “Muchos… Artime, Montero Castillo, Espárrago, Cubilla, Mujica, Mamelli …
Hubo una época muy buena y luego otra no tanto…. Por entonces comenzaron los juveniles con Carrasco, Darío Pereira, De los Santos, Revetria, Muniz, Pagola y muchos más. Para España recomendé a Villazán. Víctor Espárrago fue el que me dio la oportunidad de jugar en España. Siento mucha gratitud por su gesto, porque en esa época era algo prácticamente imposible, no había pasaporte comunitario. Los jugadores eran considerados extranjeros…. muy diferente a la situación de ahora.
– ¿El trato fue bueno en Europa?
– “Sensacional. Voy tres o cuatro veces al año, tengo vinculaciones de todo tipo; a nivel personal y de negocios. El tema del trabajo en Europa actualmente está bastante más complicado pues la crisis ha afectado mucho al tema del fútbol. Los clubes lo sienten muchísimo.
-¿Su actividad actual es de contratista?
“Esa es una palabra que no me gusta para nada. Prefiero decir agente. Soy agente de jugadores, si bien no tengo un staff grande. Simplemente busco el perfil que me encomiendan. El preparar a los jóvenes a edad temprana es un trabajo muy complicado y a esta altura de mi vida no lo tengo dentro de mis proyectos; por el trabajo y por la responsabilidad que ello implica y por que la mayor parte de los jugadores luego no salen”.
……………
¿Qué significa Salto, el barrio
del Cerro y sus raíces?.
– Significa todo, aunque precisamente estoy acá con el escribano (Héctor Borrelli), porque hemos concretado la venta de la casa paterna en calle 6 de Abril. Es una situación un tanto complicada, pero le saqué unas cuantas fotos. Allí nos criamos, tuvimos una infancia bárbara, nunca tuvimos ningún problema. Nunca nos drogamos ni nos emborrachamos. Hacíamos cosas normales de la época, que eran más que nada travesuras y chiquilinadas. Ahora las cosas se han complicado bastante. El mundo ha cambiado mucho en los últimos años.
– ¿La posibilidad de volver a Salto?
– Muy difícil. Mi mujer es de Montevideo, mis hijos se criaron en el exterior… tendría que cambiar todo y todavía no pienso (risas).
– ¿Recuerdas tu pasaje por el Colegio Salesiano cuando niño?
– Sí mucho. Creo que esa es otra de las cosas básicas y fundamentales de mi vida, con la cual estoy muy agradecido. La base de la familia y la base de Salesianos en este caso, es un recuerdo extraordinario. A pesar de que eran muy férreos y todo lo demás, había algunas dificultades, pero creo que eso fue la base de mi educación y lo que me marcó un camino recto.