La provincia argentina de Buenos Aires tiene casi tres veces más población que todo el Uruguay junto. En estos momentos Argentina construye dos colectores (de doce y siete kilómetros respectivamente), que habrán de descargar casi mil toneladas de aguas servidas, algunas tratadas y otras “en crudo”, en el Río de la Plata.
Se afirma por parte de Argentina que estas descargas no afectarán la calidad del agua del río. Es esta una posición fuertemente discutida, que sin mayores argumentos tanto en favor como en contra, es cuestionada.
Si se han conocido opiniones y posiciones de expertos en el manejo de cursos de agua similares y todos ellos aportan dudas sobre las consecuencias que tendrá este vertido en el rio, tanto para la flora, como para la fauna.
Lo que no termina de convencernos es la actitud de Argentina en el tema, oponiéndose férreamente a los controles y el análisis de las consecuencias que tendrá este vertido en las aguas del rio compartido.
Nos hace pensar precisamente en el MERCOSUR, donde en estos momentos se ha instalado una controversia por la intención de Uruguay de apartarse de las normas generales que rigen este mercado y buscar por su parte la firma de un Tratado de Libre Comercio con China.
Somos decididamente partidarios de los bloques regionales. Cuando se trata de negociar otros volúmenes de producción en forma conjunta son indudables los beneficios que esto aporta.
En cambio cuando se ahogan los derechos de los pequeños países, haciendo prevalecer prepotentemente el tamaño u otro poderío ya sea económico, geopolítico o similar, entonces no se puede más que apartarse y buscar su propio camino.
Si habláramos honestamente, alejados de toda ideología, tendríamos que reconocer que a la hora de negociar y de competir, los intereses de los países chicos han sido dejados de lado.
Tampoco se puede ignorar que llegado el caso, los países integrantes del MERCORSUR han violado abiertamente sus propias decisiones. No olvidemos que el puente de mayor trasiego (por su cercanía) con la Argentina, fue “cerrado” durante muchos meses por el vecino país, sin que el bloque tomara medida alguna, ni prestara mayor atención al tema, pesar de que la libre circulación de personas es una de las premisas del bloque regional.
Quizás hoy se ven las cosas de diferente manera, pero mientras no se entienda que la integración supone deberes y derechos a respetar, no habrá bloques posibles.
A.R.D.
En bloque es mejor si se respetan los derechos de todos
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