El desfile cívico-militar por calle Uruguay es de lo que más se extrañó ayer, a juzgar por los comentarios que se escuchan. Otra vez, como el año pasado, se cumplió el acto protocolar en Plaza Artigas y allí terminó todo.
Lo que sí hubo fue alguna actividad de tipo criollo, con aparcerías de las que otros años cierran el desfile. A propósito, resultó realmente llamativo que no menos de 6 u 8 caballos, con sus respectivos jinetes, bajaran calle Artigas, el martes 24 alrededor de las 17.45 horas, en la cuadra del 600 y alguna otra. ¡Pero lo hacían por encima de la vereda y alta velocidad! Muy sorprendidos se mostraban propios y extraños, como suele decirse, ante algo tan fuera de lo común y al mismo tiempo, peligrosa sobre todo para los peatones que circulaban allí.
Hablando de caballos, el Hipódromo fue otro de los atractivos que se volvió después de algún tiempo de mínima o nula actividad. Es que las carreras del 25 de agosto son una clásico salteño, como las del 18 de julio en Paysandú por ejemplo. Ayer, el tiempo no acompañó demasiado.
Pubs, discotecas, etc. debían finalizar su evento de la Noche de la Nostalgia a las 4 AM. Alguien nos preguntaba ayer: «¿Y la música que se escuchó hasta las 7, las 8 y más de dónde venía entonces?». Sabido es que «fiestas clandestinas» han existido desde la prohibición misma de estos eventos. ¿Por qué no pensar que esta vez también hubo algunas?
