Una de las prioridades de la próxima Rendición de Cuentas, según se ha expresado, sería el de dar una atención prioritaria a la educación. Pero también hay otras prioridades, como ha sido la infancia, según lo expresado por las actuales autoridades del gobierno nacional.
Pero un país chico, sin petróleo y con determinadas limitaciones, seguramente que no tiene facilidades ni mucho menos para atender todas las prioridades que tiene.
Pero eso mismo obliga a pensar más y a encontrar soluciones que vayan más allá de atender las consecuencias puntuales de un problema. En un dicho muy actual y usado en nuestros días sería como “mirar el árbol y perder de vista el bosque”.
Nos explicamos muchas veces hemos visto como el esfuerzo termina cuando se consigue otro “remiendo”, vale decir otra salida que apunta a atender una consecuencia puntual desconociendo el problema de fondo.
Nos explicamos en el tema carcelario, por ejemplo. Estamos cansados de ver cómo se toma políticamente el tema, se condena y se exacerba (que ha subsistido siempre en todos los gobiernos).
Se cuestionan las condiciones de reclusión, se cuestiona el hacinamiento, se cuestiona el hecho de que los establecimientos carcelarios no tengan planes de rehabilitación y no logren sacar a nadie del camino del delito.
Nadie parece tener en cuenta que cuando se llega a la cárcel es generalmente porque ya se tiene un recorrido delictivo. Vale decir que ya se ha optado y son pocos los que tienen interés en cambiar de rumbo.
No quiere decir que esto justifique que no se haga nada, sino solamente que es otro de los aspectos negativos que podemos encontrar. Pero la obligación es tratar de convencer y de darles las posibilidades al que quiera cambiar de rumbo, así sea uno solo.
Lo que pretendemos demostrar es que frecuentemente nos pasamos la vida consiguiendo remiendos, pero nunca terminamos de analizar en profundidad cada tema.
Frecuentemente nos encontramos con un montón de críticas, todas válidas por supuesto, pero a nadie parece interesarle el tema de fondo, sino sencillamente achacarle responsabilidades y culpas al gobierno de turno.
Nadie parece percatarse de que sólo cuando se produzca un cambio cultural, cuyas bases se debe hallar ahora y ponerlas en práctica cuanto antes, podremos esperar algo distinto, diferente, pero nunca antes de varios años.
A.R.D.
